Este insecto-plaga cosmopolita cuenta con altos índices de resistencia asociados a diversos productos almacenados y registra un pico debido a las altas temperaturas. La visión de un investigador del Conicet.
La polilla de la fruta seca puede encontrarse en nueces o almendras, aunque también se alimenta de chocolate y a veces de cereales. Es común encontrarla en productos almacenados en el hogar. Por este motivo es tan importante poder detectarla y combatirla de manera adecuada.
Según el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), “la polilla de los frutos secos (Plodia interpunctella) es una de las principales plagas que afectan a los productos almacenados”. A su vez, agregan: “Es una de las principales plagas que afectan a este tipo de alimentos, y sus larvas son las causantes del daño; se alimentan de cereales, frutos secos, semillas, harinas, galletas, nueces, leche en polvo, chocolate y contaminan el producto con heces, seda y mudas, generando daños considerables”.
También conocida como plodia o palomilla india de la harina, es una especie de lepidóptero. Presenta un color café rojizo y su tamaño puede oscilar entre los 16 y los 20 milímetros. Vive alrededor de una a dos semanas, y es voladora nocturna. Suele ser confundida en estadio adulto con la polilla de la ropa. La marca distintiva de la polilla de la fruta son sus alas.
El doctor Jorge Werdin González, investigador adjunto del Conicet, recomendó: “la limpieza y aspiración de residuos de alimentos que puedan encontrarse en grietas, cajones, estantes, detrás de mobiliarios, para los consumidores; mientras que para las empresas sugerimos disminuir el tiempo de exposición de los productos en puntos críticos del proceso de producción”.
Werdin, a su vez, sugirió para las empresas “poner atención en el traslado e ingreso de maquinarias y mercaderías; reforzar controles de ingreso de materias primas críticas como frutos secos, manteca, licor de cacao y cereales; seguir procedimientos de inspección visual periódicas de las instalaciones y trabajar con feromonas de atracción específicas para P. interpunctella -nombre científico de la polilla- dentro de las plantas y depósitos industriales”.
“La infestación se puede desarrollar en cualquier punto de la cadena alimentaria durante el procesado, almacenamiento, transporte, etc, por lo cual es muy importante revisar todos estos puntos, y en caso de tratamientos químicos y/o monitorización en almacenes o locales de manipulación de alimentos deben ser realizados por empresas de control de plagas debidamente autorizadas”, explicó el investigador responsable STAN-Manejo integrado de plagas, servicios y asesoramientos.
Con respecto a los recaudos a tener en cuenta por las personas, el experto Jorge Werdin aconsejó “proteger los alimentos en envases que impidan la entrada de larvas y puesta de huevos de adultos, por ejemplo en contenedores de plástico, latas, etc. con cierre hermético; dado a que en sus primeros estadíos esta especie puede invadir envases por agujeros de 0,39 a 0,45 milímetros de diámetro”.
Al mismo tiempo manifestó que “la inspección visual de alimentos en la compra o recepción de mercancías es un elemento fundamental a la hora de prevenir adquirir productos en mal estado, y allí es donde el consumidor debe “comprobar la integridad de envases, embalajes, buscando detectar que no haya adultos o larvas de estas polillas”. A su vez, agregó: “Sólo hay que comprar alimentos con envases sin signos de deterioro por insectos o roedores y comprobar fecha de caducidad/consumo preferente; y manejar la gestión adecuada del almacén, rotando los alimentos de forma que los primeros en entrar sean los primeros en salir”.
“Todas estas medidas son de prevención para disminuir los riesgos de contaminación y presencia de la polilla de la fruta seca, y así minimizar la infestación de alimentos”, puntualizó el investigador del Conicet.
¿Es posible “eliminar” este tipo de plagas?
Con su lenguaje coloquial característico y con el objetivo de transmitir buenos hábitos para el consumidor, la cuenta de instagram @bromatologiaencasa ha informado sobre métodos de prevención y control de plagas de granos almacenados.
Al respecto, se les consultó:
1) ¿Cómo es posible trasladar el problema desde la góndola o el comercio hasta la alacena del consumidor?
Los insectos que se alimentan de granos almacenados y sus subproductos pueden provenir desde el campo antes de la cosecha, por vuelo directo a los depósitos donde se almacenan los insumos o desde lotes infestados de granos que aún no han sido tratados. Es complejo determinar en qué momento de la cadena productiva ocurre la infestación de un alimento.
Desde el punto de vista productivo, se deben cumplir rigurosos controles, basados en el monitoreo permanente para evaluar las áreas críticas y poder aplicar programas de manejo integrado adecuadamente.
2) ¿Qué tipo de controles puede hacer el consumidor en forma doméstica para minimizar el riesgo?
Desde el punto de vista de las buenas prácticas asociadas a la producción de alimentos (BPM), existe una serie de recomendaciones que es conveniente tener en cuenta para minimizar los riesgos de infestación en el ámbito doméstico. La clave para el control de esta y cualquier otra plaga es la limpieza: eliminación de residuos y polvos utilizando aspiradora (recordar vaciar las bolsas ya que contienen huevos); también se recomienda reparar las grietas y rajaduras, sellar (con silicona) para impedir que aniden en las mismas.
Las barreras mecánicas permiten mantener los alimentos herméticamente cerrados: utilizar contenedores con tapa, ya sea de vidrio o de plástico impide el acceso de los individuos adultos que son quienes colocan los huevos.
Otro control físico tiene que ver con la temperatura de almacenamiento: colocar en la heladera productos como harinas, cereales, frutos secos y especias impide el desarrollo del ciclo biológico de la plaga.
3) ¿Cuáles son los signos que permiten identificar la actividad de la plaga?
Se debe prestar atención a la presencia de “hilos de seda”, denominados vulgarmente telarañas, así como a la presencia de gusanos. Los sitios a inspeccionar: grietas de paredes y estantes de alacenas, cajones de bajomesadas, detrás de amoblamiento de cocina.
4) ¿Por qué no se recomienda su consumo?
Ingerir un alimento infestado con esta plaga en particular no representa un riesgo significativo para la salud para una persona adulta y sana. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el alimento que se encuentra contaminado biológicamente con esta plaga pierde calidad nutricional y contiene restos de sus mudas y excrementos.
5) ¿Qué recomiendan hacer al abrir un paquete y encontrarse con el alimento contaminado?
Siempre recomendamos que el/la consumidor/a debe reclamar ante el centro de atención al cliente que figura en el envase ya que es su derecho. De no haber respuesta en el reclamo, dirigirse a Defensa al Consumidor.
Infobae