Visión, creatividad y reducción de riesgos, las claves para poder impulsar proyectos personales ante los obstáculos que impone la pandemia del COVID-19.
Ya sea por experimentar el trabajo remoto en tiempos de cuarentena o por la necesidad de generar ingresos, cada vez son más las personas que se plantean emprender proyectos que puedan darles independencia y un mejor pasar económico.
El contexto actual exige a los emprendedores la agudización del ingenio y la atención en los detalles. A pesar de no ser posible tener reuniones presenciales, y en momentos en que muchos potenciales proveedores pueden aún no haber abierto sus puertas, las oportunidades siguen presentes pese a las restricciones y los constantes cambios.
“Este es un momento en el que hay que buscar reducir al extremo el riesgo y estar con los ojos bien abiertos, tanto a nivel local como mundial, para detectar esas oportunidades que van apareciendo y esos problemas que aún no están resueltos, o que se pueden resolver de otra forma”, explica Leandro Szachtman, mentor de emprendimientos y especialista en transformación digital.
Generalmente el emprendedor se llena de dudas al momento de empezar, preguntándose por dónde hacerlo: “básicamente hay que entender las fortalezas y conocimientos que uno posee, y las oportunidades que uno puede encontrar en lo cotidiano”, señala el especialista.
En este sentido, la decisión forzada o voluntaria de emprender implica desde un momento inicial encontrar oportunidades en “la búsqueda de un problema existente al cual uno puede aportarle una solución”. Por eso, como segundo paso, resulta clave enfocarse “en un grupo de personas y las características que los identifican”, explica Szachtman, quien se desempeña colaborando con emprendimientos en Startup Chile e integró en 2016 el Global Entrepreneurship Bootcamp del Massachusetts Institute of Technology (MIT).
Una vez que se ha identificado un problema y las características de las personas afectadas por este, resulta fundamental “buscar estadísticas o métricas que indiquen que lo que estamos enfocando va por el buen camino. Podemos aprovechar información abierta como la que encontramos en Google Trends u otros portales con cifras, o bien hacer una encuesta y compartirla en redes sociales para entender mejor si nuestro enfoque está bien aplicado”, propone Szachtman.
Otra posibilidad simple para validar si algo se va a vender “puede ser armar una página web, promocionar el producto o servicio y que el usuario deje sus datos para ser el primero en obtenerlo. Es fundamental medir todo lo que pasa en ese proceso para poder entender si existe o no esa intención de compra”, remarca el especialista.
Teniendo en cuenta que la crisis del COVID-19 está provocando una época de ‘vacas flacas’ en muchas industrias, Szachtman ve “un buen momento para emprender, teniendo en foco los siguientes puntos: ¿Cómo podemos ayudar a que nuestro cliente compre más y gaste menos?”. Así, el especialista pone el acento en generar también buenas oportunidades para los clientes: “Hay que enfocarse en que obtengan más por lo mismo, o más por menos”, concluyó.