Últimos días del año: cenas, brindis, eventos, reuniones sociales, despedidas de año de amigos, de compañeros de trabajo, del club y del gimnasio, balances, y un denominador común: ingerimos más alcohol y, en algunos casos, manipulamos más fuegos artificiales. Especialistas del Hospital de Clínicas hacen una serie de recomendaciones para minimizar los riesgos de terminar en una guardia en épocas de festejos. 

“Semanas antes, muchos acumulan “un arsenal” de pirotecnia para festejar las noches del 24 y el 31 de diciembre: en ocasiones, esto es también un pasaje directo a una guardia de emergencias por quemaduras de distinto grado y lesiones oculares” comenta el doctor Ramiro Heredia (MN: 117882), médico clínico de la séptima cátedra de medicina interna del Hospital de Clínicas de la UBA.

Este momento del año trae aparejadas otras situaciones: muchas personas tienden a hacer menos ejercicio, a dejar de tomar medicamentos habituales, a posponer consultas médicas. Algunos, “viajan para reunirse en vísperas de nochebuena y nochevieja, por lo que a veces el estar en un lugar distinto al habitual hace que, ante síntomas, como por ejemplo los de un infarto, la consulta sea tardía, algo que aumenta la morbilidad, y la mortalidad de este tipos de patologías: en efecto, las personas se mueren casi un 5 % más en estas fechas del año ” recomienda Heredia.

Lesiones por corchos

“Tenemos que tener cuidado en esta temporada: el trauma ocular al abrir botellas de espumantes puede llegar a ser grave (y prevenible).  La presión en una botella de champán o vino espumoso, de 750 ml, es aproximadamente 3 veces mayor que la de un neumático de automóvil estándar, con el potencial de lanzar un corcho hasta 13 metros, a velocidades de hasta 80 km/hora. Un corcho  puede viajar del frasco al ojo en menos de 0.05 segundos, lo que hace que el reflejo de parpadeo sea ineficaz. Un corcho que golpea un ojo puede causar ceguera permanente, desprendimiento de retina y/o dislocación o luxación del cristalino” sostiene el clínico.

Fuegos artificiales, negligencia y accidentes:

La incidencia de lesiones relacionadas con fuegos artificiales ha aumentado durante la última década en el mundo. Las lesiones siguen siendo más comunes entre los adolescentes y adultos jóvenes. “El uso de pirotecnia puede causar quemaduras, problemas auditivos y lesiones en manos, rostro y ojos de por vida.  Los más afectados son los niños de entre 5 a 14 años de edad. Además, las lesiones importantes, que requieren hospitalización, ocurren con mayor frecuencia durante el uso de fuegos artificiales aéreos, e ilegales” puntualiza Heredia.

Algunas recomendaciones son:

  • Los menores de 16 años tienen que estar siempre bajo la supervisión de un adulto.
  • Usar solo pirotecnia legal.
  • Usala siempre en lugares abiertos, lejos de personas y bienes.
  • Se debe encender la pirotecnia apoyada en el suelo, sobre una superficie plana y lisa.
  • Nunca encender la mecha con la pirotecnia en la mano.
  • No apuntar, ni arrojar, hacia otra persona, animales, árboles o bienes.
  • Encender de a una por vez, y alejarse rápidamente cuando la mecha esté encendida.
  • No guardar la pirotecnia en los bolsillos, ni encenderla en envases de vidrio o metal.
  • Si no explota, no tocarla aunque parezca apagada.