Ya todos lo sabemos, la noticia del sorprendente descubrimiento del 4 de febrero recorrió los medios de la costa, del país e internacionales. El fin del misterio en Mar del Plata, se descubrió al conocerse al autor de la estatua que sorprendió a marplatenses y turistas, el cirujano y artista plástico Mario Magrini, hijo de los fundadores de la Guardia del Mar. Mientras que pudimos ver en Santa Teresita y en las redes sociales las obras en la arena, con las que cada día la artista de Campana, que ahora vive en Baradero Yemina Vogel, sorprendía a los turistas y lugareños. El arte y el mar se fundieron en un romance en las playas de estos lugares en febrero de este 2021.

Se terminaron las especulaciones del misterio que pudimos ver en Mar del Plata sobre esa escultura que sorpresivamente apareció en Playa Chica y que motivó la curiosidad e interés de marplatenses y turistas. Algunos decían que era un homenaje a la vicepresidenta Cristina Fernández, otros que era una pieza que fue realizada por una profesora de cerámica basada en una modelo de la escuela Martín Malharro. Pero no, el sábado se supo que el autor es un reconocido cirujano plástico de “La Feliz” con inclinaciones artísticas, el doctor Mario Magrini (65).

FUE “UNA TRAVESURA”

Durante la conferencia de prensa posterior a su presentación, Magrini contó que realizó la escultura de la mujer sentada que se toma las piernas mientras mira hacia el mar “hace varios años” y dijo que decidió ubicarla en ese punto de la costa de Mar del Plata “para enaltecer el hecho artístico”.

“Jamás pensé en la repercusión que podría tener esta escultura. Solo quise hacer una acción artística que mi familia conocía y la puse en esa zona de la costa. Yo lo calificaría como una travesura”, añadió en la rueda de prensa, junto al secretario de Cultura de General Pueyrredón, Carlos Balmaceda, y la directora de Restauración de Monumentos Históricos, Costanza Addiechi.

El cirujano, aclaró que “no fue una estrategia de marketing”, sino “para que la protagonista sea solo la obra misma en un entorno que la completara”. Estas características, aclaró, “le dieron un halo de misterio que enriqueció y superó a la obra misma”, dijo.


LA OTRA TRAVESURA 

En las playas de Santa Teresita, mientras vacacionaba, una vecina y artista de nuestra zona, sorprendía cada día a los veraneantes que atónitos observaban su magnífica obra hecha en arena. Yemina Vogel realizó siete obras, los siete días de sus descanso y fue aplaudida por los veraneantes muy agradecidos por su trabajo que completaba cada jornada junto a su ayudante Uzías Maceiras, su pequeño hijo baraderense. No aceptaba más que aplausos, “si aceptaba nada a la gorra o lo que expontaneamnete me querían dar, eso haría perder el placer de hacerlas” le dijo a EL DEBATE.

Hablamos con la artista plástica y profesora de arte Yemina Vogel, alumna del Colegio de Arte de la ciudad de Campana, actual ente residente de la localidad de Baradero.  La artista que nos contó “su travesura” en las hermosas playas de Santa Teresita.

Primero nos cuenta como elige el lugar.

Luego Yemina descubre los tres elementos claves.

Por ultimo, la joven artista de nuestra región, nos describe el estilo…

Yemina ¿Qué dicen o expresa la gente en la playa cuando ve tu creación?

“Tratan de contextualizar mi formación… si soy escultora o artista plástica… otros me preguntan como lo hago o si lo hago todo el año. Pero lo más lindo es ver si se sorprenden y sacan fotos, eso me demuestra que les gustó mucho” dice con satisfacción la artista Vogel. Y agrega que observa que “Les da pena que se rompa fácil, por el viento, la lluvia, la creciente o cuando yo las derribo junto a mi hijo” y se rie.

¿Por qué lo haces? ¿Pones la gorra? ¿dejan algún aporte económico?

“No!!!, no.” responde con énfasis “Muchos me dijeron que es para poner la gorra… pero en mis vacaciones en la playa, ese es uno de mis momentos de placer sin ningún tipo de obligación, así que por más que ofrezcan algún tipo de aporte no lo acepto, porque eso saca de contexto el placer” dice con su mirada sincera, tal vez sin darse cuenta que es el anticipo de que en un futuro, de continuar con su generosidad artística, muchos pagarán mucho por tener algo en su colección que lleve la firma de Yemina Vogel.

Señores, parece ser que en este verano 2021, el arte y el mar, se enamoraron.