Así nos alertan las aves del cambio climático

Algunas aves ya no migran, otras ‘se mudan’, unas acortan sus viajes, otras los alargan… el cambio climático está poniendo todo patas arriba.

 

Sin embargo, no se trata de unas plácidas vacaciones bajo el templado sol africano, sino una lucha diaria con las aves locales con las que comparten la comida. Por eso, aunque el retorno en primavera supone un enorme desgaste para las aves, vale la pena regresar a sus lugares de cría por el mero hecho de que allí la competencia por la alimentación es menos exigente: los días son más largos, los insectos más abundantes y las posibilidades de supervivencia mucho mayores.

Pero el cambio climático está revolucionándolo todo y para muchas especies la nueva tendencia es bien distinta. Cada vez son más las aves que optan por permanecer en sus territorios aun a riesgo de no sobrevivir. El premio merece la pena: ser las primeras en ocupar los territorios de reproducción. Un caso significativo es el de las cigüeñas, a las que cada vez con más frecuencia se las puede ver desfilando por los paisajes nevados de Polonia y Alemania. El cambio climático ha suavizado las temperaturas haciendo soportable su estancia gracias a la presencia suficiente de insectos.


 

Por ello, la observación de los patrones de migración de las aves nos aporta una buena información sobre los efectos del cambio climático sobre los ecosistemas y sobre el comportamiento de muchas especies.


Cambios en las áreas de distribución

Debido al calentamiento global, los óptimos térmicos de muchas especies se encuentran cada vez más al norte o a mayores altitudes. Ya se ha constatado que las áreas de distribución de algunas aves se encuentran cada vez más al norte y muchas de ellas colonizan nuevas áreas en las que antes no se encontraban, siempre que estas estén disponibles.

Aves y mariposas desacoplan sus ciclos

Un estudio en el que participaron investigadores españoles, enmarcado dentro del proyecto Montes Consolider, ya puso de manifiesto que entre 1990 y 2008, la temperatura media europea se desplazó hacia el norte 249 kilómetros. Para mantenerse en unas condiciones climáticas parecidas, las especies deberían haberse movido los mismos kilómetros en el mismo periodo de tiempo.

Sin embargo, este estudio internacional revela que en promedio, las comunidades de aves en Europa se movieron hacia el norte sólo 37 km, mientras que las mariposas lo habrían hecho tan sólo 114 kilómetros. Por lo tanto, los investigadores alertan de que las aves y las mariposas no están siguiendo los pasos del cambio climático a una velocidad suficiente y que se está acumulando un desfase que los científicos llaman “deuda climática”.

Fuente: Muy Interesante