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Este tipo de tumor también representa una preocupación a nivel de salud pública mundial, con 604 mil nuevos casos y 342 mil muertes reportadas al año.

Investigadoras del Conicet y de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) avanzan en el desarrollo del proyecto “HPV test”, un kit de diagnóstico rápido para el Virus del Papiloma Humano (VPH), el agente causal del cáncer de cuello de útero, que en la Argentina representa el segundo cáncer más diagnosticado en mujeres entre 35 y 64 años.

La herramienta estará compuesta por una tira reactiva (similar a un test de embarazo) dotada de anticuerpos capaces de detectar proteínas del VPH que constituyen marcadores de cáncer de cuello de útero.

Este tipo de tumor también representa una preocupación a nivel de salud pública mundial, con 604 mil nuevos casos y 342 mil muertes reportadas al año, y la gran mayoría se diagnostica en países de bajos ingresos.

En este contexto, un artículo publicado recientemente en la revista científica PLoS ONE reveló el desarrollo de un inmunoensayo con una alta capacidad para detectar la oncoproteína E6 de uno de los tipos de VPH de alto riesgo oncogénico y de mayor prevalencia mundial: el VPH18.

En este trabajo, las investigadoras del Conicet y de la Unsam comprobaron la idoneidad para el diagnóstico de los anticuerpos monoclonales seleccionados, los cuales a futuro serán utilizados para la puesta a punto de “HPV Test”.

La investigación forma parte de la iniciativa que tiene como objetivo el desarrollo de la tira reactiva por inmunocromatografía de flujo lateral que permita la detección, mediante anticuerpos monoclonales, de las oncoproteínas de los tipos VPH de alto riesgo oncogénico de mayor prevalencia en nuestro país y en el resto de Latinoamérica: VPH16, VPH18, VPH31 y VPH45.

La líder del desarrollo e investigadora del Conicet en el Instituto de Investigaciones Biotecnológicas (IIBIO-Conicet-Unsam), Daniela Castillo, precisó que, “tras analizar varias muestras de células positivas para VPH, comprobamos que nuestro test detecta con alto grado de precisión la oncoproteína E6, la cual representa un marcador apropiado para el desarrollo de herramientas de diagnóstico y prevención del cáncer de cuello de útero”.

“Disponer localmente de kits de diagnóstico para VPH que faciliten el acceso a las poblaciones socialmente vulnerables es clave a la hora de prevenir este tipo de cáncer”, remarcó.

El VPH se transmite por vía sexual y, si bien en la mayoría de los casos estas infecciones permanecen asintomáticas y son eliminadas por el sistema inmune en un período de doce a veinticuatro meses, se estima que el 5% de las mujeres infectadas con algunos tipos de VPH contraen infecciones persistentes que pueden generar lesiones precancerosas.

El tiempo estimado desde que se producen estas lesiones hasta que se desarrolla el cáncer de cuello de útero es entre 10 y 20 años.

“Este margen temporal posibilita la prevención de la enfermedad mediante pruebas de tamizaje”, destacó Castillo.

A pesar de la disponibilidad de vacunas profilácticas que protegen contra la infección por los tipos de VPH de alto riesgo oncogénico, se espera que la carcinogénesis ligada al VPH siga siendo un problema de salud importante en las próximas décadas, indicaron.

En ese sentido, la especialista explicó que “es por ello que los programas de tamizaje son fundamentales para el control de la carcinogénesis cervical en poblaciones con acceso limitado a la vacunación y en generaciones mayores de mujeres que ya han estado expuestas a la infección por tipos de VPH de alto riesgo oncogénico”.

El método tradicional para el tamizaje del cáncer de cuello uterino fue la prueba de Papanicolaou (PAP), la cual se recomienda realizar anualmente y consiste en la detección de cualquier anomalía morfológica de las células del cuello de útero, que puede ser indicio de lesiones precancerosas.

El PAP es un test de baja sensibilidad -40% aproximadamente- con lo cual tiene una alta tasa de falsos negativos.

Por esta razón, en la Argentina, además del PAP, también se comenzaron a implementar en paralelo test moleculares para la detección altamente sensible de tipos de VPH de alto riesgo, aunque su utilización es dependiente de la cobertura del proveedor de salud.  (DIB)