Se trata del Aguará Guazú, especie que se creía extinguida en Uruguay y que un padre con su hijo lograron divisar en cercanías a un arroyo.
Un padre junto a su hijo transitaban en cercanías del puente sobre el arroyo Itapebí Grande, próximo a la colonia El Charrúa, cuando vieron en el camino a dos animales extraños, nunca visto por ellos.
Tenían forma de perro pero bastante más grande que un can grande, patas traseras más largas que las delanteras y muy anguladas, orejas paradas más bien cortas y pelaje marrón oscuro.
De hábitos nocturnos
El Aguará Guazú es el cánido más grande que existe, consta de una altura de 80 centímetros, y tiene un peso aproximado de 30 a 35 kilos.
Realiza alaridos entre agudos y graves sobre todo muy fuertes, capaces de espantar a cualquier animal. A pesar de su tamaño es tímido, arisco e inofensivo para el hombre. No se han registrado ataques a ningún ganado, y no genera conflicto con las actividades del hombre. Sus hábitos son totalmente nocturnos y se alimenta de pequeños mamíferos, pequeños roedores, insectos y frutas.
Según la guía de campo Mamíferos de Uruguay, existen registros confirmados de ejemplares de Aguará Guazú en los departamentos de Río Negro (1991), Rocha (2000, 2002) y Cerro Largo (2006), y menciones a ser confirmadas en Artigas, Salto, Rivera, Paysandú, Treinta y Tres, Lavalleja y Maldonado.
Se cree que los hábitos nocturnos del también llamado logo guará y las grandes extensiones en las que se mueven (precisan de 16 kilómetros cuadrados por pareja), sumado a su carácter elusivo, lo vuelven un animal tan poco visto como conocido.
Fuente: Ecoportal