Desde herramientas perdidas por astronautas hasta piezas que se liberan de un satélite obsoleto, 9 mil toneladas de desechos metálicos orbitan alrededor del mundo. En algunos años más ¿podremos mirar al cielo y ver las estrellas?

Con el tiempo, el número y el área que ocupan estos objetos fue cada vez mayor, y hacia finales de 2020, la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas inglés) rastreó unos 28.218 cuerpos en órbita de más de 10 centímetros y más de un millón de fragmentos demasiado pequeños para ser clasificados.

De ellos, 2.800 fueron identificados como naves espaciales funcionales; el resto son desechos que continúan orbitando y, según la ESA, alcanzan las 9.227,8 toneladas. Pero ¿existe una forma de evitar la proliferación de la basura espacial?

De acuerdo con la ESA, se pueden tomar medidas de mitigación para un uso sostenible del espacio. Para eso existen normas y directrices internacionales como diseñar naves que minimicen la cantidad de material que se desprende durante el lanzamiento; prevenir las colisiones en el espacio mediante una selección cuidada de las órbitas; y alejar las misiones concluidas de las órbitas que ocupan los satélites operativos.

Pero las piezas que se desprenden durante un lanzamiento o los satélites antiguos son solo una muestra de los miles de residuos que orbitan alrededor del planeta Tierra. Después de un impacto accidental, los escombros de un satélite pueden formar una nube que gira alrededor del mundo. La cámara que un astronauta pierde durante una misión espacial puede unirse a un enjambre de chatarra que orbita sin rumbo. Un satélite obsoleto continúa su trayectoria durante años sin ningún propósito.

Un estudio elaborado por la Royal Astronomical Society de Reino Unido en 2021 aseguró que los escombros espaciales no sólo entorpecen las operaciones de las misiones espaciales y de la Estación Espacial Internacional. Además, su reflejo está provocando una contaminación lumínica sin precedentes. “La cantidad de objetos que orbitan la Tierra podría elevar el brillo general del cielo nocturno en más de un 10% sobre los niveles de luz natural, en una gran parte del planeta”, subraya, “ésto superaría el umbral que los astrónomos establecieron hace más de 40 años para considerar un lugar contaminado por la luz”.

Una mega constelación de más de 9 mil toneladas de piezas metálicas gira alrededor del planeta. En algunos años más ¿podremos mirar al cielo y ver las estrellas?

(Este video forma parte de “El mundo a un clic”, la serie de Télam que explora tendencias, temas actuales y controvertidos en tecnología)