CON LA PELOTA, SIN MANCHAS…

Por Daniel Armando Vogel | DIRECTOR – Buen día, buen domingo para todos, el último de noviembre, ya estamos entrando en el décimo segundo mes del 2020 que, al fin se irá. 

¿Qué semanita no?…   Tuvimos que vivir un hecho trascendente, que aún hoy nos tiene, con el corazón abierto. 

Se fue la persona más famosa, más popular y querida por todos; querida por los propios de los colores que vistió y, los de todos los colores que respetó; se fue aquel pibito de solo 1,65 cm. de alto que supo unirnos, que supo hacernos sentir “uno” como pocas veces hemos sentido, a todos los argentinos, detrás de su habilidad futbolística en los colores de todos: la Celeste y Blanca. 

Un ser humano especial, el compatriota: Diego Armando Maradona. 

Pero, para los argentinos primero, para los italianos después y en todo el planeta también, aquel que admiró su zurda mágica, las grandes gambetas, sus inolvidables goles, hasta ese increíble en México 86, que lo hicieron ser el autor del gol más lindo e importante de la historia del fútbol, nada más ni nada menos que ante los ingleses quienes inventaron este juego…,  para todos fue un duro golpe, saber de su muerte. 

Mucho se lloró esta semana.  Mucho se dijo esta semana. 

Mucho queda por saber y conocer, ya sin Diego en vida. 

Partimos de que fue una persona qué llegó a ser idolatrado por su actividad deportiva y su juego maravilloso, pero que ahora, nos dimos cuenta de que era mortal. 

Partamos de que la historia solamente reconoce, que de todos los mortales que pisaron esta tierra, sólo uno no cometió errores y, lo crucificamos… 

Bien vale entender entonces, a este “Pelusa” qué de la pobreza más profunda, llegó por propios méritos a la cima misma del conocimiento mundial sobre su persona. 

Y por eso fue, es y será admirado.  

Por haber logrado salir de Fiorito, y llegar a sentarse a la mesa de los más poderosos del planeta. Durante muchísimos años, fue el humano más conocido de este globo, entre los casi 8.000 millones de habitantes que tiene hoy el planeta. 

Considerando esta realidad, deberíamos recordarlo así. Y, no crucificarlo.  

Recordarlo en un campo de juego y admirarlo como jugador, cada vez más…. 

Y, también recordar y admirarlo, en su sinceridad cuando expresó que se equivocó muchas veces; cuando expresó su adicción recurrente (ya que nunca a pesar de su “poderío” pudo dejar o salir de la droga) y que esto, confesado por Diego, lo alejó de sus hijas, de su familia, de ser feliz… y de poder vivir tal vez, muchos años más y en mejor forma, que los que vivió en la última mitad de su vida en esta tierra; los que, con cada día, se le tornaban menos vivibles. 

Es muy triste su final. Para quién habiendo llegado a ese lugar de privilegio mundial, tuviese que terminar sus días, en soledad absoluta y depresión. Sin posibilidad alguna, de felicidad y paz. 

Siempre le recordaremos porque fue un gran futbolista, el mejor. Que fue un genio dentro del campo de juego y para los de su juego, por los que también, se jugó. 

Tampoco dejaremos de recordar nunca que, sus días le dieron la razón; porque si bien la pelota no se mancha, una vida sí. 

Vamos a la encuesta de la semana.

Porque también, la tuvimos. 

Fulminante. Solo tres, de cada 100 personas, va a vacacionar en este verano 2021 “De cualquier manera”. Y otras 92 de cada cien, ya sea por la Covit-19 (el mayor miedo) o por la inseguridad y/o lo que cuesta vacacionar, ni siquiera pueda pensar en vacaciones. 

Bueno amigos, así estas cosas que tiene la Argentina. Vamos de tristezas en tristezas (obvio, hay muchas más). 

Que tenga un buen domingo, el último de noviembre. 

Será hasta diciembre, chau. 

 

 

AL QUE LE QUEPA EL SAYO...