El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, en TV. (DIB)

El Secretario de Estado se expresó en la misma línea que el presidente Donald Trump.

El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, expresó que hay una “enorme cantidad de pruebas” de que la pandemia del nuevo coronavirus se originó en un laboratorio de Wuhan, donde comenzó el brote en China. De esa manera insistió con la teoría que Donald Trump​ había puesto en escena en los últimos días.

“Puedo decir que existe una importante cantidad de pruebas de que este virus procedió de un laboratorio en Wuhan”, dijo Pompeo a la cadena ABC, aunque se negó a decir si creía que el virus había sido liberado intencionalmente. Y agregó: “Hemos dicho desde el principio que el virus comenzó allí y nos criticaron por ello, pero creo que el mundo se acaba de dar cuenta ahora”.

Trump dijo el pasado jueves que estaba considerando implementar tarifas punitivas contra China después de acceder a evidencia que conecta al nuevo coronavirus con un laboratorio chino. El mandatario respondió que “sí” a la pregunta de un periodista sobre si ha visto pruebas que le permitan señalar al Instituto de Virología de Wuhan como la fuente de la pandemia.

Las palabras del presidente y de su secretario de estado contrastan con la voz oficial de la Organización Mundial de Salud, que en los últimos días afirmó que la evidencia disponible hasta el momento, “sugiere que el nuevo coronavirus tiene un origen animal natural y no es un virus manipulado o construido”.

Incluso la propia Inteligencia de EE.UU. rechazó que el virus sea una creación artificial, más allá de la intención de Trump de filtrar información que fuera en otro sentido.

Pese a todo, Pompeo se refirió este domingo a esa visión salida desde el propio Gobierno de los Estados Unidos: “He visto lo que la comunidad de Inteligencia ha concluido y no tengo motivos para creer que se hayan equivocado”. Pero redobló sus acusaciones contra el Gobierno chino, que se ha comportado como “todos los regímenes autoritarios, intentando ocultar, esconder y confundir” sobre la naturaleza y propagación del virus.

Un Nobel, en la misma línea

Días atrás el reconocido virólogo francés Luc Montagnier, ganador del Premio Nobel en 2008 por ser parte del equipo de investigación que descubrió el VIH, aseguró que el nuevo coronavirus que tiene en vilo al mundo fue creado en un laboratorio y sostuvo que este patógeno tiene insertados genes del VIH-1, el virus del sida.

Montagnier expresó en una entrevista al canal francés CNews que unos “biólogos moleculares” insertaron secuencias de ADN del VIH en un coronavirus como parte de su trabajo para encontrar una vacuna contra el sida.

“Ha habido una manipulación del virus: al menos una parte, no la totalidad. Hay un modelo, que es el virus clásico, que proviene principalmente de los murciélagos, pero al que se han agregado secuencias de VIH”, explicó y añadió: “Es el trabajo de profesionales, de biólogos moleculares. Un trabajo muy meticuloso. ¿Con qué objetivo? No lo sé. Una hipótesis es que querían crear una vacuna contra el sida”.

En tanto, Montagnier dejó un mensaje esperanzador: dijo que el virus se terminará autodestruyendo. “Uno puede hacer cualquier cosa con la naturaleza, pero si usted hace una construcción artificial, es poco probable que sobreviva. La naturaleza ama las cosas armoniosas; lo que es ajeno, como un virus que llega de otro virus, por ejemplo, no es bien tolerado”, aseguró. Para el científico, las partes del virus en las que se insertó VIH están mutando rápidamente, provocando su autodestrucción.