EL ESTADO CORPORATIVO MUNICIPAL

eduardo-rivasPor Eduardo Rivas * – Pese a lo que muchas veces hemos resaltado en este espacio respecto a la falta de alineación entre lo dicho y lo hecho por el Intendente y sus seguidores, debemos asumir en esta oportunidad la coherencia que tuvieron entre lo prometido durante la última campaña electoral y lo realizado una vez arribado al gobierno.

El slogan de Nuevo Zárate y de sus candidatos a concejales estaba focalizado en quien encabezaba la fórmula, Mauro Tulia, utilizando el hashtag #NuestroCandidato, y efectivamente fue eso, sólo un candidato, o poco más que un candidato, puesto que pese a que durante la campaña sostenía que ‘Los ejes principales de trabajo como concejal serán realizar un aporte desde lo profesional y desde la experiencia y especialización en derecho municipal y administrativo, a fin de generar normativa municipal que cumpla con aquella finalidad de facilitadora de la vida y relaciones ciudadanas, es decir, tratar de generar las normas como herramientas de la población’. Evidentemente era poco lo que tenía para aportar, puesto que a menos de cuatro meses de haber asumido como concejal deja su lugar en el Honorable Concejo Deliberante. Evidentemente, y tal como lo reseñaba el slogan de campaña, era sólo y tan sólo un candidato. El ex Director de Asuntos Legales en lo Contencioso de la Municipalidad de Zárate; ex Director de Gobierno de la Municipalidad de Zárate; ex Subsecretario de Gobierno de la Municipalidad de Zárate; ex Subsecretario de Control Técnico Administrativo y Asesor Letrado de la Municipalidad de Zárate, ex Subsecretario Legal y Técnico de la Municipalidad de Zárate suma a su largo pedigrí de ex puestos ocupados el de ex Concejal del Partido de Zárate.

En su lugar asume quien ocupó el cuarto lugar en la lista de Nuevo Zárate, Vanesa Palermo, en un claro ejemplo de la construcción corporativista que hizo Nuevo Zárate de su lista de candidatos, donde muchos de quienes conformaron la lista se sienten representantes de un sector y no de la ciudadanía. Al respecto es claro el mensaje de Palermo quien al anunciar su llegada al Concejo, ataviada con una remera del gremio al que pertenece, agradeció al “Intendente, a mis Delegados generales, a mi Secretario General por esta posibilidad’, dejando en claro que piensa ser la representante de importante gremio en el Concejo Deliberante y equivocando las reglas de la democracia, por entender que llega a ser representante legislativa por la voluntad de una o dos personas en desmedro de la ciudadanía que la acompañó con su voto.

Es preocupante esta concepción política, que trae a la memoria algunos de los peores ejemplos de participación democrática argentina donde los representantes ciudadanos ponían por encima del interés general de la población el interés particular de su grupo de pertenencia. Esta práctica tan propia del peronismo más ortodoxo y primitivo nos ha traído a los argentinos más problemas que soluciones, y resulta inverosímil que ya en el siglo XXI sigamos repitiendo errores del siglo pasado. En el mismo sentido se pronunció el Delegado de del gremio, quien abiertamente reconoció que ‘uno de los objetivos [de su sindicato] fue llegar a posicionar a un compañero o compañera dentro de la política de la localidad a la cual representamos’ puesto que ‘decidió apostar al proyecto de Nuevo Zárate’ y lo validó la Presidente del Bloque de Concejales oficialista, Ana Laura Allemann quien, contradictoriamente afirmó que ‘siempre es importante que este Concejo Deliberante además de tener vecinos que los representen también tengan los trabajadores representación en este recinto’, exponiendo públicamente su visión corporativista de la política y contraponiendo que los vecinos no son trabajadores, o bien, que los trabajadores no son vecinos.

Y por si fuera poco, Allemann sostuvo que Palermo no había asumido cuando le correspondía, por el orden ocupado en la lista de candidatos, y lo hacía ahora porque ‘Vanesa no podía asumir porque tenía actividades mucho más fuertes dentro del Sindicato (…) y ahora bueno, el gremio pudo acomodar el tema de las actividades de Vanesa’ y que ahora lo hace porque ‘termina siendo una decisión política del Intendente que la compañera que ocupe la banca es la compañera del gremio’. Es decir, da igual las leyes, la voluntad de la ciudadanía, da igual todo… lo que cuenta es el poder de una persona, el Intendente Municipal Osvaldo Cáffaro, y la capacidad de presión de un Sindicato, para moldear y modelar el accionar de tal manera de cumplir con sus necesidades, caprichos y/o exigencias. No obstante hay que reconocerle al Intendente la capacidad de lograr el perfeccionamiento de situaciones que se creían insuperables, hoy lo demuestra una vez más puliendo el concepto de Estado corporativo ideado por Benito Mussolini e importado sin cortapisas por el entonces Coronel Juan Domingo Perón.

Volviendo a Tulia, resulta preocupante su accionar y el del gobierno municipal en general, máxime aun cuando según anunció la Concejal Allemann, ocupará la Subsecretaría de Planificación Estratégica del Municipio, lo cual pone en duda el tipo de planificación que tiene el Municipio de Zárate y cuan estratégica es si menos de cuatro meses después de haber asumido por un plazo de cuatro años, se le ‘solicita’ al concejal que tome licencia para ocupar un puesto en el Departamento Ejecutivo. Pero en fin, así es la política zarateña y en general la ciudadanía y sus representantes están totalmente de acuerdo ya que no se escuchó una sola voz en disonancia.

En varias oportunidades hemos expresado en este espacio la preocupante rotación de ciudadanos ocupando los más variados puestos en el organigrama municipal y su llamativa capacitación para saber de todo, el caso de Ariel Tulia se suma a la larga lista, con el agravante de haber defraudado a la ciudadanía a quien en campaña visitó junto con el Intendente para darse a conocer, pidiendo su voto para representarla y hoy da un paso al costado.

* Licenciado en Ciencia Política | [email protected] | @eduardorivas07 |