El peligroso Río Paraná: Un gran barco atropelló un kayak en nuestras costas, pudo ser una tragedia

barcoTodos los años llegan centenares de personas que buscan pasar unas minis vacaciones en nuestra localidad, o en la zona de islas, frente a nuestras costas ribereñas. Muchos distendidos, no le prestan debida atención al Río Paraná del que hacen uso abusando de la atención que su peligrosidad requiere, tema que es de constante concientización de la Prefectura Naval Zárate que cada año publica y difunde buenos consejos para los que quieren disfrutar de sus dones en verano. Tal el caso de dos jóvenes que el sábado pasado salvaron sus vidas de milagro al ser embestidos sobre un kayak por una gran embarcación que se dirigía aguas arriba cargado de contenedores. Hubo pánico.

Nuestro Río Paraná es un gran río del centro-este de Sudamérica que fluye en direcciones sur, este, sudoeste a través de Brasil, Paraguay y Argentina, formando una larga frontera entre estos dos últimos, hasta confluir con el río Uruguay. Tiene una longitud de 3940 km que lo sitúa como el segundo río más largo de Sudamérica, tras el Amazonas.

El Paraná moviliza un caudal colosal de 16 000 m/s. Se lo clasifica como río aluvial, porque transporta en su caudal sedimentos, tanto por arrastre como suspendidos en el agua, que transforman constantemente su propia morfología generando bancos e islas.

El Paraná y sus afluentes proporcionan una fuente de ingresos y sustento diario para pescadores artesanales que viven a lo largo de sus orillas; algunas especies de peces (como el surubí y el sábalo) son comercialmente importantes y se explotan para el consumo interno pesado o exportación.

¿Son conscientes los que manejan en botes, lanchas o kayaks?

Con el gran crecimiento de personas que se acercan a la isla, también se incrementó el número de embarcaciones (ya pasan las 30 mil y se duplicó la cantidad que había hace siete años), porque muchos deciden cruzar por su cuenta en lanchas o kayaks en lugar de utilizar los servicios de taxi acuático.

“Hay mucha gente inexperta que no respeta las normas básicas de convivencia náutica. Antes el que tenía embarcación era el que conocía, ahora hay mucho novato.

Sin embargo, todos coinciden en que el mayor problema son las lanchas. “Son los peores. Te tiran la lancha encima, dejan mugre en el río y no respetan cosas básicas como ir despacio si hay kayakistas, o no navegar a menos de 50 o 100 metros de la costa”, agrega.

Los ahogamientos en general tienen relación con el uso de zonas no habilitadas para el baño que son “peligrosas y no aptas para circular”. Por otra parte, existe un mayor uso de embarcaciones que promueve un crecimiento de la cantidad de personas en el agua.

Otro factor es el gran consumo de alcohol que se da en los paradores y sobre las embarcaciones. Los guardavidas advierten que la gente vuelve en estado de ebriedad de la isla, a bordo de kayaks o piraguas. Como no deberían salir a navegar en esas condiciones, muchas veces tienen complicaciones, como que se les dé vuelta la embarcación o se llene de agua, debiendo ser rescatados por la lancha del Sindicato de Bañeros.

“El consumo excesivo de alcohol es impresionante. Ahí sólo está la Prefectura Naval que controla (dentro del Operativo Verano), pero no llega a hacerlo en todas las embarcaciones porque el parque náutico ha crecido mucho”, comenta uno de los guardavidas. En Zárate la PNA todos los años concientiza sobre sus riesgos.

Expertos “prácticos” relatan el incidente

Consultamos a dos expertos conocedores del Río Paraná quienes son “prácticos” retirados. Los prácticos son más que el propio capital del barco a la hora de transitar el riesgoso lecho que surca nuestras costas.

El primero nos dice que se trata de “Un barco Panamá de 230 metros de largo que navegaba aguas arriba, se lo ve en los videos tocando insistentemente su pito porque normalmente los turistas se cruzan, a veces de forma inconsciente, los que andan en lanchas, botes o kayaks, creyendo que el barco puede frenar o los puede esquivar, y no es así, se demora cientos de metros en frenar una máquina de esta dimensión y – agrega- por suerte no intentó esquivarlos, sino los hubiera agarrado todavía peor. Por lo menos, los chocó pero se salvaron”.

Un segundo “especialista del Río consultado nos dijo “Los chicos aparentemente eran de Zárate, uno de los prácticos era de Zárate también aunque ahora vive en Rosario. Según versiones, les hicieron el control de alcoholemia y uno tenía más de 3 grados de alcohol en sangre, no sé si es verdad, pero sí veían que se les venía encima semejante barco y no se movían, algo malo debe haber sucedido”.

“El video lo filmó mi hijo más chico, y luego lo mandaron directamente a Prefectura. No sé quiénes son los chicos, pero uno dio vuelta el kayak saliendo enseguida y se salvaron. Lo bueno es que el barco no fue chupado; normalmente la hélice, al desplazarse hacia adelante, realiza esa acción. En ese tipo de maniobras, es muy difícil llevar el control porque si los marineros no corren a ver qué pasa, los pierde. Fue, básicamente, una desgracia con suerte”.