Por Eduardo Rivas – En Zárate los problemas se agolpan, callen sucias, microbasurales clandestinos, inseguridad, baches, obras inconclusas… pero el Departamento Ejecutivo, fiel a su accionar histórico, elige destinar fondos a un show de fuegos artificiales en lugar de trabajar por mejorar la vida concreta de los vecinos.
Dinero público que se quemará en cada fuego artificial en lugar de utilizarlo para que cada zarateño viva mejor. Hoy Zárate ejecuta, según el último informe de la Fundación Metropolitana (Disponible en http://www.bam21.org.ar/niveli/2016/11/16/6814/?mkt_hm=0&utm_source=email_marketing&utm_admin=61274&utm_medium=email&utm_campaign=Mapa_Inter), $ 3363,61 por habitante, bastante lejos de lo que destinan Distritos aledaños como Campana ($ 4445,23) o Exaltación de la Cruz ($ 5911,33), lo cual trae como consecuencia directa, entre otras cosas, que Zárate tenga más hogares con necesidades básicas insatisfechas que sus vecinos.
Sin embargo, el Municipio prefiere ignorar esa realidad y quemar, literalmente, dinero. Tampoco lo movilizan los datos provistos por el PNUD que exhiben que el Índice de Desarrollo Humano (IDH), que es un indicador sintético de los logros medios obtenidos en las dimensiones fundamentales del desarrollo humano, a saber: vida larga y saludable, adquirir conocimientos y disfrutar de un nivel de vida digno, también son peores en Zárate que en Campana o Exaltación de la Cruz.
No lo moviliza que en el Distrito más del 35% de los vecinos no tengan cloacas o cuatro de cada cien vecinos no tengan agua potable… sin mencionar tampoco la calidad del agua que se toma en el Distrito, que según un informe del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), tiene índices de arsénico muy por encima del 0,01 miligramos por litro que recomienda la Organización Mundial de la Salud, alcanzando hasta 10,00 miligramos por litro en la red de agua potable.
Tampoco lo movilizan los reclamos de diferentes grupos de vecinos que se han pronunciado en pos de eliminar este tipo de actividades en el territorio del Municipio, que van desde familiares de niños con autismo, a quienes daña de manera clara los ruidos que generan los fuegos artificiales, hasta grupos protectores de animales que pugnan por evitar el sufrimiento de nuestras mascotas ante cada explosión.
Nada de esto hizo cambiar de idea al Gobierno de Osvaldo Cáffaro, pero tampoco a las restantes fuerzas políticas representadas en el Concejo Deliberante que pese a anunciar cada fin de año su predisposición para acompañar una propuesta legislativa que prohíba la pirotecnia en Zárate, el resto de los días sufren de amnesia y olvidan sus anuncios de diciembre.
¿Qué intereses se protegen para no avanzar en Zárate en línea con lo que ya se ha hecho en otros sitios? ¿Por qué en Zárate no se pueden generar políticas que redunden en un bienestar directo para cada habitante del Distrito? ¿A qué se debe que se destine dinero para fuegos artificiales que se podría destinar, por ejemplo, a limpiar la ciudad?
Todo sigue siendo un show representado para entretener, aunque sea temporalmente, y adormecer la consciencia ciudadana, y como ocurre en el teatro, el show debe continuar.
* Licenciado en Ciencia Política | [email protected] | @eduardorivas07