Adecco Argentina brinda cuatro razones por las que mantener viva la oficina podría ser el enfoque más razonable.

La pandemia por el COVID-19 ha tenido un gran impacto en el papel de la oficina, con miles de empleados obligados a cambiar su lugar de trabajo habitual por un espacio de trabajo en casa. En general, el “trabajo en confinamiento” ha funcionado bien. En uno de los estudios realizados por Adecco Argentina durante la pandemia, 6 de cada 10 trabajadores en modalidad home office, afirmaron que trabajan más relajados desde su casa. A 5 de cada 10 argentinos les gustaría volver a hacer home office cuando todo vuelva a la normalidad.

Sin embargo, deshacerse de la oficina por completo no tendría sentido, ciertamente para sectores con oportunidades limitadas para el teletrabajo: como la hotelería, la producción y el comercio minorista.

La oficina post COVID-19 y el camino a seguir: un modelo híbrido

Las oficinas siempre han evolucionado. Como parte de su estrategia de beneficios para los empleados, muchas empresas han proporcionado instalaciones de ocio en el lugar, mesas de ping-pong, metegoles, espacios para la atención plena y la meditación, y servicios, entre otros. El concepto de oficina debe evolucionar nuevamente. El aspecto de la nueva versión híbrida – ya sea una división de tres días / dos días, o alguna otra alternativa –, variará según la situación de cada empresa o sector.

Pero ¿por qué exactamente este modelo híbrido de trabajo es mejor que la alternativa que ofrece el mundo sin oficinas? Hay bastantes razones por las que las oficinas pueden tener un impacto positivo y por las que eliminar el concepto de oficina por completo puede ser contraproducente:

1.    La oficina post COVID-19 nos ayudará a mantener y mejorar nuestra salud mental

Si bien muchos trabajadores están contentos con la modalidad, no poder socializar, perderse una conversación en la oficina y sentirse incapaz de comunicarse adecuadamente a través de videollamadas contribuyó a sentimientos de frustración e insatisfacción en general.

2.    Es posible un trabajo en oficinas post COVID-19, pero más descentralizadas

El confinamiento ha dañado a los negocios comerciales, hotelería y viajes relacionados con las oficinas y las necesidades de las personas trabajadoras durante su jornada laboral. Según una reciente investigación, la propuesta de aumentar espacios de oficinas “de barrio” en las ciudades es una de las formas clave de revitalizar muchos territorios “vaciados”. A pesar de que parece que muchas personas no quieren volver a sus desplazamientos tradicionales, la opción del teletrabajo no se agota en el binomio domicilio versus centro de trabajo, y el 85% afirma que le gustaría trabajar más local.

3.     La oficina sigue siendo el lugar preferente para la colaboración y la innovación

Una de las razones más convincentes por las que las oficinas no deben desaparecer es por su papel en la colaboración entre las personas trabajadoras. Para hacer esto de manera efectiva, las personas deben poder compartir un espacio físico común, por lo que la oficina post pandémica, como parte de una solución híbrida, deberá ser propicia para la innovación, la productividad y el bienestar colectivo.

“Vemos a una sociedad donde los retos del talento pasan por saber combinar diversidad, adaptabilidad y colaboración. Y a través de eso conseguiremos entornos de innovación, productividad y competitividad entre personas y organizaciones”, destacó Alexandra Manera, Directora de Recursos Humanos del Grupo Adecco Argentina & Uruguay.

4.    El modelo híbrido post COVID-19 permitirá reducir costos al tiempo de impulsar la inversión en capital humano

La flexibilidad que aporta un modelo híbrido atraerá talento y mejorará la diversidad y la inclusión al eliminar algunas de las barreras que, por ejemplo, aquellos con responsabilidades de cuidado encuentran en un puesto de oficina a tiempo completo.

Una semana laboral más corta en la oficina también crea oportunidades para reducir los gastos generales de las organizaciones. Algunas empresas ya están decidiendo trasladarse a oficinas más pequeñas y, por lo tanto, más baratas. Y los ahorros adicionales de alquileres más bajos también podrían llevar a las empresas a invertir más en innovación y capital humano.

“No se trata de si necesitamos espacios de oficina, sino de cuánto espacio de oficina necesitamos. Parece que la estrategia más inteligente e idónea para las personas y el futuro del trabajo es el equilibrio, la negociación y buscar el propósito común en el futuro”, finalizó Manera.