Por Daniel A. Vogel | DIRECTOR – El noveno mes, el de La Primavera, ya está entre nosotros. Parece mentira como pasan los años, y éste principalmente, cuando repetimos otra vez la misma historia, la de un pueblo que ya está cansado de ver como los dirigentes que eligen, les mienten en la cara. Desde aquella histórica frase repudiable “Si les hubiese contado lo que pensaba hacer, nadie me hubiese votado” hasta “la inflación es muy fácil bajarla” o, simplemente “La pobreza cero y júzguenme por si no la bajo…” O, el “ténganle miedo a Dios y un poquito a mí…” por no seguir con los helicópteros, muertes irresueltas, devaluaciones que nadie puede explicar, donde muchísimos se empobrecen y otros pocos, se hacen millonarios.
El mes en que vuelven las medidas, se reiteran las mismas recetas, mientras ubicamos nuevamente a la sufrida Argentina en segundo lugar, el segundo país del planeta con mayor Riesgo País.
Mientras esto pasa, la misma semana, fue el Día de la Industria, la que dice el propio presidente de la UIA, que llevará una década reconstruirla.
Menos mal que existe Hernán… El que humildemente, el que, por la violencia y la inseguridad, lloró horas antes de los Juegos en Lima, Perú, la barbarie. Sin embargo, ahí estuvo a la hora de la largada con su mejor disposición, no solo para la dorada, sino para el récord panamericano en 200 metros.
Cuantos Hernán le harían falta a nuestro país entre los “ilustres” economistas y mesiánicos salvadores que cada día nos sumergen más en la indigencia, pobreza y nos roban la dignidad, la que un tal Barreto, zarateño él, mantiene inquebrantable. GRACIAS, HERNÁN.
AL QUE LE QUEPA EL SAYO...