¿Fin de un clásico?: la razón por la que las escuelas retiran los relojes analógicos de las aulas

Todos los alumnos tuvieron alguna vez un profesor aburrido y muchas de la miradas se posaban en el reloj colgada en la pared, para saber cuánto faltaba para que terminara la clase. Pero este instrumento capaz de medir el tiempo está en vías de extinción: las escuelas empezaron a descolgarlo porque los chicos no saben leer las agujas.

Los relojes se utilizan desde la antigüedad y a medida que ha ido evolucionando la tecnología de su fabricación han ido apareciendo nuevos modelos con mayor precisión y mejores presentaciones. En Reino Unido, los colegios están reemplazando los relojes analógicos por otro que a los alumnos les resulta más familiar, el digital.

“La generación actual de jóvenes no es tan buena leyendo el reloj tradicional como las anteriores. Están acostumbrados a mirar la hora en su teléfono o computadora. Casi todo lo que tienen es digital y ven la hora en ese formato en todas partes”, explicó Malcolm Trobe, miembro de la Asociación de Líderes Escolares y Universitarios.


 

Los profesores son conscientes de que la hora es una de las mayores preocupaciones de los alumnos, ya sea para que llegue el recreo o irse a su casa. Otro caso es cuando tienen un examen que deben hacer en un límite de tiempo.


“Los docentes quieren que sus estudiantes estén lo más relajados posible durante los exámenes. Tener un reloj tradicional en el aula puede ser una causa de estrés innecesario”, añadió Trobe, que no niega que sería “una lástima” que el formato analógico desapareciese por completo.

Pero lo más preocupante en las aulas no es el reloj puntualmente, sino que la tecnología viene arrollando los sistemas tradicionales de enseñanza: los celulares y las tablets, desplazan cada vez más a la hoja y el lápiz. Esto genera problemas en las condiciones físicas de los chicos porque para sostener una lapicera y moverla es necesario poder controlar la muñeca y los músculos de los dedos.

El problema de los relojes analógicos no es algo puntual de las escuelas británicas, también está pasando en Estados Unidos. Según The Washington Post, una encuesta de 2017 en Oklahoma encontró que sólo uno de cada 10 niños de 6 a 12 años tenía un reloj, lo que tenía sentido, dado que sólo uno de cada 5 podía leer las versiones análogas.


 

En Argentina, aún no llegó esta tendencia, pero cada vez es más difícil para los docentes hacer que los chicos se concentren para entender cómo funcionan las agujas del reloj. Al tener acceso a uno digital es más fácil para ellos saber la hora, no tienen que pensar. Es más, algunos preguntan por qué hay que aprender la hora de la manera tradicional cuando dentro de algunos años ya no va a existir. Es algo con lo que lidiamos todos los días”, dijo Miriam Sánchez Onatti, docente de una escuela primaria de Banfield.


Si bien esta tendencia aún no se esparció por todo el mundo, la elección de usar un reloj analógico o digital es totalmente personal según los gustos y las necesidades de cada persona. Aunque hay algo innegable: la revolución tecnológica llegó hace rato y está arrasando en sectores tradicionales.