INFORME ESPECIAL: Difundimos la encuesta “post Paso 2021” de la consultora Giacobbe & Asociados “esto, no se revierte” dice su director

La consultora, encuestadora privada de renombre, nos ha hecho llegar a ésta redacción de Multimedios EL DEBATE, su informe especial que, según su “FICHA TÉCNICA”, la misma tuvo fecha de realización post PASO entre los días “22 al 24 de septiembre de 2021”. Sorprendente resultado de la encuesta realizada por la consultora que, anticipó fielmente el resultado días antes de las PASO 2021 y que, ahora su director el Lic. Jorge Gacobbe, asegura que “no será revertida”. AL FINAL, EL VIDEO DE LA ENTREVISTA.


Se describe el sistema empleado en el tipo de muestreo, que fue “Ajustado por cuotas de género, edad, regiones, secciones electorales de la provincia de Buenos Aires, comunas de la Ciudad de Buenos Aires. Tamaño de la muestra 2500 CASOS”.

También estiman que tiene un “Margen de error +/- 2%” y que la “Modalidad Cuestionario estructurado con preguntas abiertas y cerradas. Sistema de consulta Encuestas a dispositivos móviles” fue la metodología implementada para su concreción.

Seguidamente te brindamos sus conclusiones y un síntesis del informe Especial Post PASO 2021, el que luego podrá ver en el link que le ofrecemos al pie.

Bajo el título “SEIS DEDOS ”, escribe el Lic. Jorge Daniel Giacobbe (director titular de la consultora) en la columna analítica de los resultados de l Encuesta Septiembre 2021.

“Las elecciones PASO han resultado un cachetazo en la cara del gobierno que le dejó marcados no cinco, sino seis dedos. Con el diario del lunes prácticamente todos los argentinos dicen que los resultados eran obvios, pero
antes de las elecciones todo resultaba inverosímil.

Incluso nuestros propios datos nos sorprenden. El 30% del gobierno a nivel nacional estaba construido mucho tiempo atrás si vemos la curva de evolución de la pregunta “Quiere que FdT gane/pierda las elecciones”.

Cuando digo mucho, es más de un año atrás. Antes de la joda de Fabiola, antes del vacunatorio VIP, antes del balance horrible de fin de año del 2020. (ver gráfico página 13).

El gigantesco acto de catarsis social genera simbólicamente “pan para hoy y hambre para mañana”. Cuando una persona está desbordada por una angustia, genera un acto catártico donde grita, llora, golpea la mesa o rompe un vaso contra la pared. Eso genera un alivio, un desahogo vital pero efímero, pues el problema que genera la angustia no desaparece.
El punto es entender que los dos años próximos serán angustiantes. Las elecciones de medio término recortan el poder del Frente de Todos pero no solucionan problemas reales per se. Tendremos un gobierno nacional debilitado y trabado en ambas cámaras, castigado por la opinión pública, con una Cristina en el centro del poder pero preocupada por sus problemas personales, interviniendo el gobierno de un Alberto demacrado en términos de prestigio social y arrodillado ante sus deseos.

Tarea ardua será, para todos los campamentos políticos, generar esperanza
hacia el 2023.

La catarsis externa desencadenó la interna, y Cristina publicó su legendaria carta de 20 párrafos donde habla, en todos ellos, desde el “yo”. En su representación mental, todo se trata de ella misma. Excepto en uno, donde habla indirectamente de Biondi para pedir su cabeza. Con ello le come los peones a Alberto y arma un nuevo gabinete.

Mi padre me dijo muchas veces: “Mirá flaco, los gobiernos siempre empiezan con los amigos. Cuando todo se complica, entonces llaman a los profesionales. Cuando todo está perdido, entonces vuelven los amigos”.

El gabinete a cargo de las necesidades de los argentinos entró en fase de profesionales. Personas que no tienen ningún prestigio social pero saben perfectamente cómo dominar el potro desbocado del poder. La pieza clave, Aníbal Fernández, en su inmensa habilidad, resulta un “Chicho” Serna de la política local. Viene a romper piernas, a decir todos los días una barbaridad diferente que arrastre las marcas del enojo social y deje a los demás oficialistas fuera de la línea de fuego.

Para entender si en noviembre el gobierno puede dar vuelta la elección, hay que entender cuál es el nivel de ofensa de la sociedad. Y entonces ver si se puede “arreglar”.

Un año y medio de crisis económica sin precedentes, montada sobre la crisis histórica. Un año y medio de crisis psicológica con stress postraumático del cual desconocemos las consecuencias reales, montada sobre el descontento de una sociedad que ya probó con Frankenstein y con El Hombre Lobo. Un año y medio de crisis ética y moral que nos deja huérfanos de liderazgos para salir de la oscuridad, pero nos deja abundantes presos sueltos, pornografía judicial, corrupción por doquier, utilización arbitraria de los recursos más críticos del Estado, fiestas clandestinas en la quinta de Olivos, ¡y para qué voy a seguir!

A cambio, podemos ir a la cancha, vendrá algo de turismo, se refuerza la IFE,
algunas heladeras y algunas bicicletas.

Tres empanadas. Que cada lector saque su propia conclusión de las chances.

VAMOS A LOS DATOS

Nuestro nuevo muestreo nacional arroja datos interesantes. La imagen de Alberto Fernández vuelve a caer otros diez puntos tras las PASO llegando a 17.5%. Estamos hablando de una disolución de su prestigio muy severa. No lo respetan ni los propios. Su negativa alcanza 68.2% y resulta lógico considerando que el 70% de los votantes en las elecciones evitaron tocar la boleta del Frente de Todos.

Sin embargo el 47.5% opina que la culpa del resultado la tiene Cristina, dato superior al 35.3% que lo cree de Alberto. Un cándido 16.7% cree que la culpa la tiene la pandemia, o sea, que ni siquiera todo el público del Frente de Todos pone el problema “afuera”, sino que la mitad lo pone “adentro”.

“Esperanza” domina las sensaciones que dejaron los resultados. ¿Esperanza de qué? es la pregunta que nos surge a continuación. El mero hecho de ganarle al rival, ¿puede verdaderamente sustentar tamaña expectativa?

Las imágenes de los ministros nuevos, los “profesionales” descriptos en párrafos anteriores, son un desastre. Oscilan todos entre 12.3% y 18.5% de positiva, y los
más cruciales superan cómodos el 60% de negativa.

Sin embargo 29% (casi 30%, que es lo que obtuvo el Frente de Todos) opina que
los cambios son positivos. Claro, es mejor tener un gabinete desagradable que
pueda defenderse y dominar el poder, que un gobierno con la solidez de un flan
con crema.

Alberto Fernández explica que ha salido fortalecido de los cambios de gabinete,
y que ahora está rodeado de viejos amigos y compañeros de trabajo, pero solo
el 5.9% de la población coincide con él.

Brutal resulta ver que el 43.3% de la población hubiera preferido que Alberto aceptara todas las renuncias sacándose al kirchnerismo de encima. Cuando el presidente gozaba de 68% de imagen positiva (todo para ganar) tuvo una ventana de oportunidad que supo desaprovechar. Ahora, con nada que perder, tuvo otra chance de ganarse, aunque sea el respeto de una parte enorme de la población y de integrar al peronismo no-kirchnerista que ha quedado en una posición muy indigna, ocultando el puñal debajo del poncho.

Aquel 30% que desde hace un año quería que el gobierno ganara las elecciones, después de las PASO cayó 5%. Ahora le queda una pequeña laguna de 9.9% donde pescar (los que dicen que “les da lo mismo”). Es decir que el techo del Frente de Todos es 35% nacional. Difícil darla vuelta.

22.4% cree que el gobierno de Alberto Fernández va a terminar muy bien o bien. Supongamos que en un acto de entusiasmo le sumamos el 9.1% que cree que va a terminar regular. Estamos en 32%.

La dinámica política argentina hoy vuelve a ser una pelea entre Alberto y Cristina donde el 70% de los ciudadanos ya está disgustado con ambos. Las nubes de palabras son crudas pero estables para ambos. Alberto es visto principalmente como un títere, inútil y mentiroso. Cristina como una corrupta.

La esperanza de un país mejor va a tener que esperar un rato largo” termina Giacobbe.



  VIDEO CON LA NOTA COMPLETA   


El informe completo