Esto podría convertirse en una herramienta poderosa contra el virus, ofreciendo esperanza en la lucha contra una enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo.

Investigadores del CONICET demostraron, a través de estudios en laboratorio, el potencial de un extracto obtenido de la piel del maní para prevenir y tratar la infección por dengue. Este avance podría abrir las puertas a tratamientos naturales, económicos y sostenibles para combatir esta enfermedad viral, que afecta a millones de personas en el mundo.

El dengue, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, es una de las enfermedades virales más preocupantes a nivel global y regional. Existen cuatro serotipos del virus del dengue: DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4.

Si una persona infectada vuelve a contagiarse con otro serotipo, corre un mayor riesgo de desarrollar formas graves de la enfermedad, como el dengue hemorrágico. A pesar del incremento de casos en los últimos años, no hay medicamentos antivirales efectivos y accesibles para tratar esta enfermedad.

Ante este desafío, un equipo de investigadores del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud (INICSA, CONICET-UNC) y del Instituto de Biotecnología Ambiental y Salud (INBIAS, CONICET-UNRC) centró sus esfuerzos en explorar las propiedades del tegumento o piel roja del maní, un residuo de la industria alimentaria.

Los resultados, publicados en la revista Plants, muestran que este extracto puede inhibir el virus del dengue y podría utilizarse para desarrollar tratamientos.

“Elegimos el maní debido a sus propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas comprobadas. Además, la provincia de Córdoba exporta grandes cantidades de maní, y su piel queda como un subproducto industrial”.

Por otro lado, “Nuestra investigación busca revalorizar ese residuo creando un antiviral contra el virus del dengue, algo que no se había explorado antes”, explicó Carola Sabini, investigadora del CONICET en el INICSA y líder del proyecto.

Carola Sabini y Elio Soria, investigadores del CONICET. Créditos: Comunicación CONICET Córdoba.

Potente efecto antiviral

En estudios previos, el equipo analizó extractos tanto del tegumento como de la semilla del maní, evaluando su toxicidad en células y ratones. Determinaron concentraciones seguras que no dañan las células y luego probaron su efectividad antiviral contra el serotipo DENV-2 en cultivos celulares.

“El extracto de la semilla mostró poca actividad, mientras que el del tegumento logró inactivar el virus al 100% incluso en bajas concentraciones. Esto se debe a que la piel de maní contiene polifenoles y proantocianidinas, compuestos conocidos por sus propiedades antioxidantes y antivirales”, detalló Sabini.

El extracto de tegumento demostó ser efectivo en todas las etapas del ciclo de replicación del virus, desde la unión inicial a la célula hasta la síntesis de ARN viral. Además, tiene acción virucida y puede prevenir la infección cuando se aplica como tratamiento previo a las células.

“Estos hallazgos superaron nuestras expectativas, ya que indican que el compuesto podría ser usado tanto para tratar a personas infectadas como para prevenir la infección”, destacó la investigadora.

La primera autora del trabajo, Florencia Menis Candela. Créditos: gentileza investigadores.

Hacia un desarrollo sostenible

El equipo también busca colaborar con la industria para producir aplicaciones médicas basadas en este extracto. Una de las ventajas es que los productos naturales, como este, no siempre necesitan ser purificados al máximo para ser efectivos, lo que reduce los costos de producción.

“La mezcla de moléculas en el extracto suele ser más activa que los compuestos individuales, y esta estrategia es más accesible para países con bajos recursos”, explicó Elio Soria, coautor del estudio e investigador del CONICET en el INICSA.

Para garantizar su efectividad en humanos, los científicos están trabajando en nuevas formulaciones que optimicen su absorción y biodisponibilidad. Colaboran con especialistas en nanotecnología para desarrollar partículas que vehiculicen los compuestos del extracto y los lleven directamente a las zonas afectadas.

Además, estudian el impacto del extracto en la respuesta inmunitaria del cuerpo. “El dengue no solo afecta por la replicación del virus, sino también por la respuesta inflamatoria exagerada que genera. Estamos investigando si el extracto puede funcionar también como inmunomodulador”, agregó Sabini.

Un futuro prometedor

Este proyecto tiene como objetivo ser completamente sostenible. Desde el uso de un método de extracción “verde” con etanol hasta la utilización de materiales económicos y accesibles en Argentina, los investigadores buscan minimizar el impacto ambiental y evitar la dependencia de importaciones.

“La sostenibilidad es clave. Queremos desarrollar soluciones accesibles y respetuosas con el medio ambiente para enfrentar un problema de salud pública como el dengue”, concluyó Soria.