Unos 200 casos de dengue y otros 70 de chikungunya, ambos autóctonos, se registraron hasta el momento en territorio bonaerense. Alerta de las autoridades.
“Estamos en el momento máximo de pico de una epidemia, que sabíamos que iba a suceder, que empezó en los países donde el dengue y la chikungunya son enfermedades que están siempre, países tropicales, y por eso se trabajó mucho en prevención en la provincia”, dijo Kreplak. Precisó que en el final del verano es cuando se suelen “ver la mayor cantidad de casos”, y que por eso, dijo, “se trabajó mucho en prevención”.
“Hoy a nivel de país tenemos una gran cantidad de casos, que igual no supera a los que tuvimos en 2019, que fue el máximo pico registrado, pero es una cantidad importante”, agregó en declaraciones a Radio Provincia.
La provincia de Buenos Aires confirmó hasta el momento en lo que va de 2023 unos 200 contagios de dengue, más del cuádruple de los reportados y corroborados para el mismo periodo del año pasado. Las cifras de casos de chikungunya, con respecto al año pasado, también encendieron la alarma.
En relación a la provincia de Buenos Aires, el ministro de Salud indicó que hubo un caso grave, que fue “una persona que vino de otro país y que falleció con sospecha de dengue” y luego “unos 38 casos con signos de preocupación”. En ese sentido, dijo que “creció mucho la capacidad de diagnóstico en la provincia, y lo que hay que observar es si alguien haya tenido dengue en años anteriores (porque) podría ser que una segunda infección sea un poco más grave; eso es lo que hay que tener en cuenta”.
El ministro recordó además que “ambas enfermedades se parecen por los síntomas: traen fiebre alta, dolor corporal, puede ser cefalea intensa pero también mucho dolor articular como en los hombros, caderas, articulaciones, con mucho malestar general”. Y añadió: “Cuando uno tenga esa sensación, hay que acudir al sistema de salud y advertirlo”.
El dengue y la fiebre de chikungunya son enfermedades virales que se transmiten a través de la picadura de mosquitos infectados. Es importante tener en cuenta que al no existir vacunas ni tratamiento específico, la forma más práctica, económica y efectiva de frenarlas es impedir que se reproduzca el mosquito, como así también evitar picaduras.
(DIB)