La retirada de EE UU del tratado nuclear con Rusia desata el temor a una carrera armamentística

Washington abandona el acuerdo para la eliminación de misiles nucleares de medio y corto alcance firmado con Moscú durante la Guerra Fría

Estados Unidos ha abandonado formalmente este viernes el tratado para la eliminación de misiles nucleares de medio y corto alcance (INF) que firmó con Rusia durante la Guerra Fría, desencadenando el temor a una nueva carrera armamentística global. Washington planea realizar, tan pronto como este mismo verano, pruebas con nuevos misiles que estaban prohibidos por el acuerdo.

La OTAN ha responsabilizado este viernes a Rusia del fracaso del acuerdo, que sirvió de base para la seguridad global durante tres décadas, y ha respaldado a Washington en su decisión de retirarse del mismo. Estados Unidos acusa a Moscú de la muerte del tratado, firmado por Ronald Reagan y Mijail Gorbachov, pues asegura que durante años ha violado sus términos, desarrollando misiles vetados por el mismo que amenazan a Estados Unidos y sus aliados europeos.

“Rusia es la única responsable de la muerte del tratado”, ha dicho el secretario de Estado, Mike Pompeo, en un comunicado este viernes. “Durante los últimos seis meses, EE UU dio a Rusia una última oportunidad para que corrigiera sus incumplimientos. Pero, como ya ha hecho durante muchos años, Rusia decidió quedarse con los misiles que violan el acuerdo, en vez de volver a adherirse a las obligaciones de este tratado”.

Pero no es Rusia la potencia nuclear que Estados Unidos busca contrarrestar con sus nuevos misiles. Desde octubre de 2018, cuando Trump anunció su intención de retirarse del tratado, ha dado señales de que China, que no está sometida a ningún acuerdo de control armamentístico y lleva años invirtiendo en defensa, fue un factor determinante en esa decisión. Washington considera hoy al gigante asiático un rival estratégico a largo plazo más relevante que Rusia, y ha invitado a Pekín a formar parte de “una nueva era del control de armas” que incluya a otras naciones con potentes fuerzas militares.

Washington lleva años quejándose de que el sistema de control de armas es injusto. Estados Unidos se quedaba solo en el respeto al envejecido tratado, venían denunciando, mientras Rusia incumplía sistemáticamente y China, no sujeta a las limitaciones, avanzaba en su carrera armamentística.

Fuente: El País