Ayudan a combatir celulitis, flaccidez y adiposidad localizada. Para obtener buenos resultados deben combinarse con buenos hábitos.
Celulitis, flaccidez y adiposidad localizada. Son tres problemas que afectan a las mujeres, en muchos casos conviven y pueden combatirse con procedimientos estéticos. Para corregirlos es importante abordar el cambio en forma integral, efectuando los tratamientos específicos, pero también a través de la modificación de hábitos: una buena alimentación, bajar la ingesta de sodio y grasas saturadas, beber dos litros de agua diarios, y evitar la vida sedentaria, el estrés, el tabaco y el alcohol en exceso son medidas indispensables.
“En primer lugar, lo ideal es consultar a un nutricionista. El especialista calculará el índice de masa corporal (obtenido al dividir el peso en kilos por la altura en metros al cuadrado). Pero se debe tener en cuenta que el IMC es una orientación; no basta: podrían sobrar 10 kilos de grasa y faltar 10 kilos de músculo (por otra parte, la grasa es más liviana y ocupa más espacio)”, afirma la dermatóloga Vanina De Marco, directora del centro ND Skin y miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD).
“También hay que tener en cuenta que se puede estar en el peso ideal y no tener una figura agradable. Por este motivo la evaluación sólo estará completa con una antropometría, que indica la conformación corporal en kilos y porcentajes de músculo y grasa; cuánto pesan las vísceras, los huesos y la piel”, añade la especialista.
En cuanto al tratamiento estético, “un buen comienzo será definir las zonas que se desean modificar y hablar con el médico para informarse sobre el grado de mejoría que otorgará el tratamiento”, apunta Karina Nadur, también directora de ND e integrante de la SAD.
Las tecnologías y métodos actuales ofrecen una amplia gama de soluciones para todas las necesidades. En muchas oportunidades se deben combinar porque las patologías suelen presentarse asociadas.
