Los niños tampoco escapan de la obesidad: más del 30% en Argentina también la padece

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Las actividades cotidianas han llevado al incremento de hábitos alimentarios no saludables y una vida sedentaria, ambos factores incidentes en el desarrollo del sobrepeso. Por ello, es importante tener en cuenta qué cambios y ajustes realizar en la rutina para llevar adelante una vida más sana.

Este hecho presenta consecuencias muy graves, fundamentalmente asociadas a enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, hipertensión o enfermedades cardiovasculares.

Para revertir esta epidemia en el Día Nacional de Lucha contra la Obesidad, es importante incentivar el desarrollo de una vida saludable basada en una buena alimentación acompañada también por actividad física.


 

Sólo el 17,6% de los chicos y chicas de 13 a 15 años consume 5 porciones diarias de frutas y verduras y la mitad de la población de esa edad consume 2 o más bebidas azucaradas por día.


 

Estrategias simples que ayudan a mejorar la calidad de los alimentos que ingresan a nuestro cuerpo y al de los chicos:

Priorizar la comida casera: Los alimentos procesados generalmente se presentan como productos atractivos para niños y adultos a partir de empaquetados visualmente atrayentes e invasivas estrategias de marketing. El sabor se logra con grandes adiciones de sal, azúcar y grasa en los alimentos, estimulantes del paladar humano. Muchas veces el azúcar no figura entre los ingredientes, pero si se busca aparecen otros como jarabe de maíz, dextrosa y glucosa. Es que el producto base, al ser procesado, pierde gran parte de sus nutrientes y esto se compensa con colorantes, resaltadores de sabor, conservantes y posteriormente vitaminas y nutrientes sintéticos. La comida casera es ampliamente superior, en especial porque al prepararla se tiene registro de los ingredientes y la materia prima, moderando el uso de sal, azúcar y grasa de los alimentos que consumimos.

Planificar las compras: Los supermercados y negocios están diseñados para tentar a los consumidores, que muchas veces caen en la compra de cosas que probablemente no necesitan. Para evitarlo, una estrategia es ir con una lista hecha y atenerse a ella. Se sugiere no hacer las compras con hambre, para no tentarse con alimentos no beneficiosos para la salud.

Aumentar el consumo de agua: Jugos y gaseosas son bebidas con alto contenido de azúcar, incluso aquellas dietéticas con edulcorantes que, al consumirse en mayor cantidad, pueden ocasionar efectos adversos a largo plazo. Si se toman para aplacar la sed, el niño al finalizar el día habrá consumido mayor cantidad de azúcar o edulcorante de lo recomendado. Beber ocasionalmente un jugo (de preferencia exprimido) puede considerarse saludable por su aporte de vitaminas. Sin embargo, la mejor forma de aprovechar los beneficios de las frutas es comerlas enteras. En este sentido, se debe priorizar el consumo de agua, líquido que mejor hidrata a niños y adultos.

Armar platos balanceados: Ingerir sólo un tipo de alimento (verdura, fruta o carne) limita la ingesta de nutrientes. Cuanto más variada es nuestra dieta, mayor diversidad y densidad de nutrientes se incorporan.

Asesoró: Dra. Victoria Falcón, pediatra de Swiss Medical Center