Una simulación concluye que no sólo los planetas como el nuestro, con un océano poco profundo y grandes masas de tierra, son los candidatos ideales para sustentar vida.
El agua es el sustento de la vida primitiva. Los científicos lo saben de sobra desde hace décadas, desde que en algún momento hace aproximadamente tres mil millones de años se formaron las primeras formas de vida en los océanos de la Tierra. En esta edad temprana, la Tierra era una pelota de azul cubierta casi por completo por agua, sólo salpicada por algunas islas de origen volcánico.
Los científicos habían asumido que los planetas que están cubiertos de un océano profundo no serían capaces de proporcionar el ciclo de minerales y gases que mantiene el clima estable y no serían aptos para la vida.
Pero un estudio publicado en la revista The Astrophysical Journal concluye que los planetas oceánicos pueden permanecer en el punto óptimo de habitabilidad durante más tiempo de lo que se creía.
Un clima estable es la clave del sustento de la vida
Debido a que la vida necesita un período prolongado para evolucionar, y debido a que la cantidad de luz y el calor en los planetas pueden variar a medida que envejecen las estrellas, los científicos generalmente buscan planetas que tengan algo de agua y sean capaces de mantener sus climas estables con el tiempo. Nuestro planeta se enfría mediante la absorción gases de efecto invernadero de los minerales y se calienta al liberarlos a través de los volcanes.
Pero este modelo no funciona en un mundo acuático, con aguas profundas que cubren la roca y anulan la función de los volcanes, lo que en teoría impediría que el clima fuese estable.
Para comprobar si existe otra manera de que el clima de un planeta permanezca estable, los autores del estudio establecieron una simulación con miles de planetas generados aleatoriamente y rastrearon la evolución de sus climas durante miles de millones de años.
Los investigadores creen que los planetas de sistemas de enanas rojas son candidatos prometedores para fomentar la vida porque estas estrellas se vuelven más brillantes mucho más lentamente, lo que le proporciona un tiempo mucho más prologado a sus planetas para obtener una temperatura templada y poder generar vida.
Fuente: Muy Interesante