Con dos golazos de Ilkay Gundogan, el equipo de Pep Guardiola se impuso 2-1 al United de Ten Hag en Wembley. Bruno Fernandes fue el autor del tanto de los Diablos Rojos.

Manchester City y Manchester United se vieron las caras en Wembley por la final de la FA Cup, encuentro que significaba el primer partido decisivo entre ambos, y la gloria se quedó en la vereda celeste de la ciudad inglesa: con dos golazos de Ilkay Gundogan, los de Pep Guardiola se impusieron por 2-1 ante los de Erik Ten Hag y levantaron por los aires de Londres la tan ansiada presea que los pone un paso más cerca de la triple corona en esta temporada.

Las emociones comenzaron a flor de piel en el mítico estadio de Londres. A tan sólo 12 segundos de juego, y tras el puntapié inicial, la pelota le llego a los pies a Ortega Moreno, quien lanzó un pase largo para que Erling Haaland la peine contra la última línea del United. Ahí fue cuando Kevin De Bruyne saltó en la disputa con Victor Lindelof, quien concretó un despeje defectuoso, se la dejó servida a Ilkay Gundogan en la puerta del área y el mediocampista alemán no dudó: zapatazo de derecha y apertura del marcador tempranera para los Ciudadanos.

Sin embargo a los 32 minutos de la primera mitad, y cuando todo era de color celeste, Aaron Wan-Bissaka levantó un centro al área, Jack Grealish impactó la pelota con la mano y tras unos minutos de revisión de VAR el árbitro decidió convalidar la pena máxima. Bruno Fernandes se hizo cargo desde los doce pasos: carrera lenta, mirada fija en la número cinco y arquero para un lado, pelota para el otro.

Ya en el segundo tiempo, los de Erik Ten Hag comenzaron con una postura más amenazante y realizando una presión alta, pero entró escena Gundogan nuevamente para traer calma a Pep Guardiola. Al minuto seis del complemento, De Bruyne ensayó un tiro de esquina a la medialuna del área rival donde esperaba el volante bávaro, quien con una volea de zurda dejó sin reacción a De Gea y puso arriba nuevamente al City.