Expertos en salud mental y periodistas hablaron sobre cómo abordar responsablemente el tema en los medios de comunicación, con el objetivo de contribuir a su prevención.

En el marco de ‘Septiembre Amarillo’, instaurado como el mes para la prevención del suicidio, expertos en salud mental y periodistas debatieron sobre cuál es la manera más adecuada y responsable de abordar el suicidio en los medios de comunicación, con el objetivo de contribuir a su prevención.

En Argentina, según los datos disponibles más recientes de las Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud de la Nación, se registraron 2.865 muertes por suicidio en 2021, cifra que superó la cantidad de fallecimientos ocurridos en ese mismo año debido a enfermedades como el Alzheimer, trastornos metabólicos, desnutrición, apendicitis y malformaciones congénitas. En dichas estadísticas también puede observarse que 2.280 de los fallecidos fueron varones y que el rango etario que va de los 15 a los 29 años fue el que más decesos concentró, con 1.076.

Durante la reunión, -organizada por la Fundación INECO y la división Upjohn de Pfizer- se informó que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los medios de comunicación pueden ayudar a aumentar la conciencia, sensibilización y comprensión de la comunidad respecto del suicidio, así como a reducir el estigma que existe sobre este problema relacionado con la salud mental. Además, el organismo internacional asegura que informar responsablemente sobre el suicidio es una de las intervenciones indicadas para prevenirlo.

Pero se advirtió que la OMS establece además que, bajo ciertos formatos, la información sobre el suicidio en los medios de comunicación podría inducir el fenómeno de imitación, particularmente cuando se trata de celebridades o se describen los métodos utilizados. Por el contrario, señala, las historias y noticias que muestran la búsqueda de ayuda en circunstancias adversas e incluyen información sobre dónde acudir, contribuyen a la prevención.

Se mencionaron también algunos mitos comunes que dificultan un abordaje adecuado del suicidio en los medios de comunicación. Según la OMS, uno de esos mitos es que quienes hablan de suicidio no tienen la intención de cometerlo, cuando en realidad “pueden estar pidiendo así ayuda o apoyo”. Otra falsa creencia -indica el organismo- es que “la mayoría de las muertes por suicidio suceden de manera repentina y sin advertencia”, mientras los hechos muestran que los suicidios suelen ser precedidos por “señales de alerta verbal o conductual”.

“Es necesario desalentar esa vieja idea de que ‘el que lo dice no lo hace’: las comunicaciones sobre suicidio deben ser tenidas en cuenta”, afirmó Marcelo Cetkovich, médico psiquiatra, director médico de INECO y vicepresidente de la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP).

“El suicidio puede prevenirse, por eso es importante conocer los signos de advertencia y tenerlos en cuenta. Justamente algunos de ellos son las afirmaciones sobre intenciones de suicidio y los intentos previos”, señaló Teresa Torralva, psicóloga y doctora en Medicina, presidente y jefa del departamento de Neuropsicología de la Fundación INECO.

En el marco de un panel de discusión, los expertos hicieron algunas recomendaciones a los comunicadores. Una de ellas fue que los periodistas especializados en salud formen parte de las coberturas sobre suicidio, ya que se trata de un problema de salud mental2. “En aquellas situaciones donde periodistas especializados en otros ámbitos cubren noticias vinculadas con el suicidio, deben hacerlo con cautela y es ideal que consulten a sus colegas de salud”, consignó Cetkovich.

Por su parte, Torralva recomendó “evitar cualquier detalle sobre los métodos de suicidio, especialmente cuando son inusuales o novedosos, ya que esto provoca un aumento de las muertes por esos métodos”.

“Al informar sobre suicidio, es importante decir que los trastornos mentales son tratables y, por lo tanto, el suicidio es prevenible. También se recomienda usar un lenguaje seguro e inclusivo, eligiendo expresiones adecuadas, y no caer en representaciones gráficas o sensacionalistas”, apuntó Cetkovich.

“Las directrices internacionales aconsejan, además, evitar darle a una muerte por suicidio el lugar de noticia principal o cobertura destacada, y tampoco emitirla de manera repetitiva o excesiva. También hay que evitar incluir fotos de la persona que falleció, de sus allegados, o de individuos con comportamientos suicidas. Otro punto importante es no describir la conducta suicida como rápida, fácil, indolora, con resultado seguro de muerte o que alivia el sufrimiento”, detalló Torralva.

Las coberturas periodísticas

De acuerdo con lo explicado por los especialistas de la Fundación INECO, es aconsejable que las coberturas periodísticas sobre suicidios sean acompañadas de información para familiares y amigos con respecto a cuáles son las señales de alerta del comportamiento suicida y cómo ayudar a una persona que tiene intención de muerte. Otra recomendación para los medios de comunicación es realizar informes que reduzcan el estigma sobre los problemas de salud mental y cuestionen los mitos comunes sobre el suicidio. “Quienes trabajan en los medios de comunicación son actores fundamentales para instalar en la agenda la prevención del suicidio”, sostuvo Cetkovich.

Pese a que los suicidios son prevenibles, de acuerdo con las estadísticas de la propia OMS, en el mundo ocurren cada año más de 700.000 muertes autoprovocadas y, aunque el problema se presenta en diferentes edades, afecta particularmente a los jóvenes de entre 15 y 29 años, siendo la cuarta causa principal de muerte en esa franja etaria.