Por Daniel Armando Vogel | DIRECTOR – ¡Buen día! feliz jueves 31 del 2020. Bienvenidas las últimas horas de la jornada, del último día de este año tan particular, como fue el 2020 y que hoy, dejaremos de transitar.
Pronto, en horas, diremos bienvenido 2021 y levantaremos nuestras copas, con los mejores deseos, con las mejores intenciones, no solamente para nuestros afectos más cercanos, sino que también para toda la humanidad.
Porque el año que se va, nos igualó.
Nos hizo sentir lo mismo que a miles de millones de personas que desconocemos en el planeta. Ya no hay ricos ni pobres, blancos ni negros, creyentes o agnósticos, y que no hayamos tenido en mismo sentir ante un invisible ser como el Covid-19, que nos ha hecho igualar en todo sentido, no solo en la vida, sino también en el momento más especial, el de despedirla.
Porque se fueron los poderosos, tanto como los pobres más pobres, a la última morada sin la despedida final, en absoluta igualdad de condiciones.
Entonces iguales; en este tiempo donde el Coronavirus nos mantuvo en raya y nos hizo pensar seriamente sobre lo poco, sobre lo pequeño que somos, lo insignificante que resultamos ser ante la vida, ante la eternidad o simplemente ante la muerte, como quieras calificarlo.
Bien vale preguntarnos.
Esta noche al brindar, todos desearemos un 2021 mejor y bien está, ese sincero deseo y con la esperanza de que así sea. Pero ¿quién puede saber si este deseo se cumplirá ante este “cuco” que sigue dando vueltas por el mundo, amenazando con mutar, amenazando con nuevas cepas, amenazando con gambetear las vacunas y los tratamientos que, hasta ahora, son inciertos ante la realidad de contagiarte, el Coronavirus?
¿Extrañaremos al 2020, cuando ya estemos dentro del tiempo de 365 días de su sucesor?
Bien vale pedirle al año nuevo entonces, que nos haga olvidar a quién lo antecedió. Que nos haga sentir rápidamente, qué el 2020 fue un año aislado en nuestra historia contemporánea.
Qué es superior al tiempo que se va y que, lo que en él ya hemos transitado, prontito nos borre de nuestra mente… que nos haga olvidar, tantas lágrimas, tanto dolor, tanto temor.
Querido 2021, te pedimos que le ganes por goleada, ¡¡¡queremos que seas el campeón!!!
No nos dejes la chance de decir ¡qué bien estábamos en el 2020!
Feliz nochevieja, feliz año nuevo para todos o por lo menos, el mejor que podamos elegir, en este momento dónde pareciera que queda muy poco bueno por repartir, a toda la humanidad.
La familia, que los amigos, que la paz, que la serenidad, que la esperanza, hoy colmen todos los vasos de nuestras vidas y brindemos juntos, amigos con fe por un mundo mejor, por un hombre mejor, y por un 2021 mejor para todos, que no nos haga extrañar este duro 2020, que ya se va.
AL QUE LE QUEPA EL SAYO...
