Otra maleza que resiste al glifosato

Se trata de la cebada criolla, detectada en el partido de Tres Arroyos, en el sur bonaerense, y denunciada por el ingeniero Marcos Yanniccari, de la CEl Barrow del INTA e investigador del Conicet. El mayor inconveniente que ocasiona esta especie es en barbecho y cultivos de trigo y cebada. 

La información fue dada a conocer por la Red de Conocimiento en Malezas Resistentes (REM) de la Asociación Argentina de Productores de Siembra Directa (Aapresid), que emitió una alerta roja ante la aparición de esta nueva especie inmune, llegando así a 32 el número de malezas resistentes en nuestro país.

El mayor inconveniente que ocasiona esta especie es en barbecho y cultivos de trigo y cebada. A partir de la duplicación de la dosis recomendada de glifosato se alcanzó un control de alrededor del 50% de las plantas. “El factor de resistencia calculado rondó el valor de cuatro, es decir, en la población resistente es necesario cuadruplicar la dosis para alcanzar el mismo nivel de control que en una población susceptible”, informaron desde la REM.

“Técnicos y productores, todos de la zona de Copetonas -en la zona costera del distrito-, nos traían muestras de esta maleza, y nos advertían que había sobrevivido al glifosato. Así que determinamos qué especie era y comenzamos con los procedimientos que se realizan para confirmar la resistencia”, explicó Yanniccari.


“El bromus es una maleza que va de barbecho a fina. Siempre hubo, es una especie autóctona, pero era una maleza secundaria, porque los problemas graves en la zona son el raigrás y la avena fatua. Pero en Copetonas naturalmente hay alta densidad de bromus, entonces se ha ido seleccionando, alguna planta no se moría con la aplicación y así la población fue incrementándose”, agregó el ingeniero oriundo de Adolfo Gonzales Chaves y que se desempeña en la CEI Barrow desde 2014.


Características

El ciclo de la cebadilla criolla comienza a fines de febrero, en ese período se dan las primeras emergencias acompañando las precipitaciones, y todavía a esta altura del año se están detectando nacimientos. “Eso habla de que tiene un período de emergencia amplio, que va de fines de verano hasta el principio del invierno. Y aparece en el barbecho y también dentro de cultivos de gruesa que ya se entregaron”, indicó el investigador del Conicet.

“En todos los casos, si la maleza es pequeña la posibilidad de control es mayor”, aclaró. Pero luego advirtió: “Es una especie que tiene un crecimiento relativamente rápido cuando las temperaturas son altas. En esas condiciones genera un tamaño de planta que, como mostramos en los ensayos, con ocho litros de glifosato Premium no podemos controlarla”.

En cuanto a los consejos de manejo para evitar la proliferación de la especie, Yanniccari indicó que “se trata de una maleza muy fácil de detectar en los barbechos, entonces una vez que realizamos las aplicaciones y luego antes de sembrar observamos que alguna planta sobrevive, hay que determinar de qué especie se trata. Es muy común la aparición de raigrás, pero ahora hay que entrenar el ojo también para ver si se trata de esta nueva maleza”, comentó Marcos.


“La recomendación general es realizar todas las prácticas difundidas que tienden a reducir o a evitar los casos de resistencia: rotación de cultivos, rotación de herbicidas, realizar el control en barbecho, y demás”, agregó Yanniccari, quien destacó el trabajo que hicieron los ingenieros Alan Fjellerup y Natalia Ross en lo referente a la detección a campo. “Ellos nos trajeron las últimas consultas y fueron fundamentales para que pudiéramos avanzar”, explicó.

Por último, el especialista advirtió que la emergencia escalonada y la dormición de la semilla hacen que la cebadilla criolla sea un problema imposible de resolver de un año para otro. “No vamos a encontrar una solución única, o un producto que nos limpie el lote, sino que será fundamental llevar a cabo todas las prácticas de manejo que tienden a ir disminuyendo la población”, aseguró.


Fuente: DIB