La salud mental está influenciada por la crisis económica, así lo muestra un estudio de la Universidad de Buenos Aires en el que se destaca que la incertidumbre es el estado de ánimo dominante. Las claves para poder manejar el estrés negativo.

El informe sobre Crisis Económica y Salud Mental realizado por el Observatorio de Psicología Social Aplicada, dependiente de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) concluye que el 74% de los argentinos cree que la crisis tendrá efectos negativos muy profundos y duraderos en su vida personal, el 72% piensa que no podrá realizar los proyectos de vida personales/familiares que tenía antes de la crisis y el 66% señala que su salud mental está mucho o algo peor por dicha inestabilidad.

Cuando nos preocupamos por la seguridad, el dinero, la salud personal y la de aquellos que amamos estamos provocando la necesidad de dar algún tipo de respuesta. Es decir que el estrés es una reacción adaptativa a uno o más estímulos sean estos reales o imaginarios, físicos o emocionales. “Comúnmente se vincula el estrés a efectos dañinos como eventos y presiones de la vida cotidiana. Sin embargo, esta descripción está más relacionada al distrés o estrés negativo que hace que las personas se sientan ansiosas o abrumadas y que tengan síntomas físicos o psicológicos como dolor de cabeza, tensión e insomnio” afirma el Lic. Juan Carlos Picasso, director del Centro de Bienestar Integral Life Center.

De la misma manera el Dr. Robert M Yerkes y John D. Dobson, de la Universidad de Harvard comprobaron que tanto el estrés como la ansiedad disminuyen el rendimiento y la eficiencia de la persona que lo padece. Si el estrés y la ansiedad continúan creciendo el rendimiento y la eficiencia comienzan a decrecer corriendo el riesgo de que ese estado se haga crónico.

El estrés es parte de nuestras vidas. Tanto el medio ambiente como nuestra particular situación social son inherentes al estrés. Los cambios se constituyen en un factor de esta respuesta porque requieren un trabajo de adaptación. Este fenómeno nos confronta con acciones biológicas, espirituales y psicológicas. Por ello, los hechos que producen estrés pueden ser percibidos de maneras muy diferentes, aunque se trate del mismo fenómeno la respuesta dependerá de cada individuo ya que está comprobado que ante un mismo evento no hay dos respuestas iguales.

Entonces ¿cómo manejar de manera adecuada las respuestas adaptativas del cuerpo para que no sean negativas? Picasso sostiene que hay cuatro momentos que ayudan a entender en forma adecuada las reacciones que produce estrés y ante el estímulo sugiere que siga cuatro pasos sencillos y efectivos.

Parar: La mente tiene una gran capacidad de crear fantasías y hacer que estas se tomen como si fueran reales. Cada vez que nos encontremos ante una situación de estrés es necesario parar antes de que los pensamientos comiencen a escalar por posibles escenarios. Por ejemplo, si nuestro jefe nos solicita vernos en su oficina y la mente nos hace pensar que nos está llamando para cuestionar algo de nuestro trabajo, el acto de parar puede ser de mucha ayuda para romper sus patrones automáticos de respuesta e interrumpir el círculo negativo del estrés.

Respirar: Después de parar hay que respirar profundamente y relajar la tensión física. Este ejercicio se usa también para romper el círculo negativo del estrés. La respiración diafragmática es de mucha importancia porque ayuda a la relajación y, de ese modo, el foco de estrés queda desplazado Está interrupción momentánea, a menudo, es suficiente para volver a mirar al foco de estrés de manera diferente.

Reflexionar: Cuando paramos el ciclo automático de pensamientos alienantes y tomamos una profunda respiración, podemos focalizar nuestra energía sobre el problema y analizar acerca de las causas que nos provocan estrés. De esta manera podremos obtener una mejor apreciación de la situación, identificar con mayor precisión el problema real, comprender cuando comienzan a activarse los pensamientos automáticos, de dónde vienen las reacciones, identificar nuestras creencias irracionales y reconocer las distorsiones de los pensamientos. Este proceso de reflexión es una manera efectiva para comprender las causas de su estrés.

Elegir: Luego de haber detenido el proceso de respuesta automática, tomando una profunda respiración para distraer nuestra atención del foco de estrés y después de haber reflexionado sobre el problema y sus causas, ahora, es el momento de elegir e implementar la respuesta más adecuada.

Lo que para uno puede ser una amenaza que lleva a paralizarlo; para otro se constituye en un desafío que aumenta su nivel de estrés y ansiedad tornándose más rápido y creativo en sus decisiones; la clave está en poder identificar las amenazas y transformarlas en estímulos positivos.