La redactaron 55 especialistas de nueve sociedades y se publicará a principios de mayo en la revista Medicina. Se estima que hay un caso cada 9 minutos en el país.
Debilidad en una parte del cuerpo, confusión, problemas para hablar, dolor que “parte” la cabeza, vértigo, pérdida del equilibrio o falta de coordinación. Cualquiera de esas señales puede indicar el comienzo de un ataque cerebrovascular (ACV); un cuadro catastrófico que es la segunda causa de muerte y la primera de discapacidad. Ahora, por primera vez, sociedades médicas locales se unieron para atacar el problema y mejorar el manejo del caso agudo y la rehabilitación en todo el país.
Se sabe que el ACV, un cuadro que en la Argentina se presenta una vez cada nueve minutos, según el estudio Prevista (Programa para la Evaluación Epidemiológica de Stroke en Tandil, publicado en 2016 en la revista Stroke), no sólo tiene un impacto considerado catastrófico sobre la vida y el bienestar de los pacientes y sus familiares, sino también en los sistemas sanitarios.
Las sociedades de Neurología, Medicina, Terapia Intensiva, Emergentología, Neurocirugía, Gerontogeriatría, Cardiología y Radiología, y el Colegio Argentino de Neurointervencionoismo se pusieron manos a la obra en 2017. Lo particular de este consenso es que agrupa a profesionales que trabajan en todas las etapas de esta enfermedad, concentra la información más actualizada y, al mismo tiempo, adaptada a la realidad local.
“Nos esforzamos en establecer lineamientos generales que sean aplicables en el contexto argentino”, agrega Carlos Mamani, neurocirujano y otro de los autores (en representación de la Sociedad Argentina de Medicina).
El ACV puede ser isquémico (cuando se interrumpe el suministro de sangre al cerebro por un coágulo) o hemorrágico (ruptura de una arteria o un vaso sanguíneo). Tomado a tiempo, hoy tiene tratamiento y es posible minimizar sus secuelas. En el período de ventana terapéutica hay dos estrategias principales. Dentro de las primeras cuatro horas y media de producido, la trombolisis endovenosa (una medicación que viaja por la arteria, llega al coágulo y lo disuelve).
Además, desde 2015 está disponible la “trombectomía mecánica”: consiste en llegar hasta el lugar de la obstrucción por medio de un cateterismo y, si el coágulo está disponible, retirarlo. Ya hay estudios que muestran que, en pacientes muy seleccionados, hay hasta 24 horas de oportunidad para aplicarla.
“Hay lugares que están atrasados veinte años con respecto al tratamiento del ACV”, subraya la doctora Cristina Zurru, jefa del área de Neurología del Hospital Italiano de Buenos Aires.
Fuente: Consenso Salud