Allen: pozos de gas y petróleo conviven entre peras y manzanas

El mayor yacimiento no convencional de hidrocarburos crece en el corazón frutícola de la Patagonia argentina.

En los límites del desierto patagónico argentino hay un vergel. Gracias a la canalización del Río Negro, la tierra árida se convirtió en alimento de las mejores peras y manzanas del mundo.

Allen está en el centro de ese cordón verde. Sus habitantes viven de la fruta, o vivían, porque el negocio ya no rinde como antes.

Las ventas cayeron, los chacareros envejecieron y sus hijos emigraron. Hoy Allen impacta a la vista: junto a los árboles frutales hay pozos de gas y petróleo. No más de 50 metros separan algunas bocas de las casas de los viejos productores.

Allen está en la frontera este del yacimiento de Vaca Muerta, uno de las mayores reservóreos de crudo y gas no convencionales del mundo. Para extraer el crudo y el gas que alberga Vaca Muerta hay que utilizar el fracking, una técnica muy costosa. Primero hay que perforar 3.000 metros en forma vertical y desde las profundidades otro tanto en forma horizontal. El hidrocarburo no se encuentra en napas sino embebido en la roca.


 

“Para extraerlo se fractura la roca inyectado hasta 20 millones de litros de agua a alta presión con 400 toneladas de arena y cócteles de químicos”, explica Ingo Boltz, coordinador de la campaña de clima y energía de Greenpeace.


 

La apertura del pozo es una obra de gran envergadura. Cientos de camiones transportan el agua y la arena hacia la torre que se coloca en la boca del pozo. Se trabaja a toda velocidad, día y noche.

En Allen funcionan 130 pozos que producen 3,4 millones de metros cúbicos de gas por día y 780 metros cúbicos de crudo, según datos de YPF. El yacimiento representa el 20% de toda la producción de gas de la empresa. Tras el impacto inicial que los pozos produjeron en la comunidad, ya no hay chacareros que protesten contra el fracking.

La resistencia ha quedado reducida a una organización que denuncia el impacto de la producción petrolera sobre el agua.

Un siglo de trabajo de los chacareros permitió al valle de Río Negro elevar de 0,5% a 5% el porcentaje de materia orgánica de la tierra del lugar. Las cifras dan una idea de lo que está en juego. En YPF entienden que el trabajo entre chacras productivas pone a la empresa bajo la lupa. Este año, la petrolera estatal espera abrir otros 34 pozos en Allen, entre peras y manzanas.

Fuente: EL PAÍS