RESCATÉ ESTA CARTA PARA TI, MI QUERIDA HIJA… PARA TENER EN CUENTA

claudio valerio_2017Por Claudio Valerio – Esta bella historia es una verdadera revelación y logró tocar nuestros corazones, haciéndonos ser conscientes de las muchas veces que no hemos estado para nuestras madres cuando más nos han necesitado.

La carta ofrece una perspectiva desgarradora para cuando llegue “el día…”, ya que detalla los muchos momentos de paciencia que cada madre tuvo que vivir cuando sus hijos eran jóvenes,  las historias repetidas, los detalles olvidados, los pequeños inconvenientes. Todo, para ayudar a su hija a afrontar, a través de estas experiencias, las dificultades llegan con la vejez.

Lee su hermosa historia y compártela con alguien a quien ames. Todos necesitamos un poco de perspectiva como esta de vez en cuando.

“Mi querida niña,

El día que veas que me estoy haciendo vieja, te pido que por favor
seas paciente, pero sobre todo trata de entender todo lo que estoy
pasando.
Si cuando hablamos repito mil veces lo mismo, no me interrumpas con un
“Lo dijiste hace un minuto … solo escúchame por favor. Trato de
recordar el tiempos en el que eras pequeña y te leía noche tras noche
aquella historia que te gustaba para que conciliaras el sueño.
Cuando no quiero tomar un baño, no te enfades y no me avergüences.
¿Recuerdas cuando tenía que correr detrás de ti, mientras ponías
excusas para no bañarte cuando eras una niña?
Cuando veas lo ignorante que soy cuando se trata de la nueva
tecnología, dame el tiempo necesario para aprender, y no me mires así
… recuerda con qué cariño y paciencia te enseñé a hacer muchas
cosas: vestirte, peinar tu cabello y hacerle frente a los problemas de
la vida todos los días.
El día que veas que me estoy  haciendo vieja, te pido que por favor
sea paciente, pero sobre todo, tratar de entender lo que estoy
pasando.
Si de vez en cuando pierdo la pista de lo que estamos hablando, dame
el tiempo necesario para recordar, y si no puedo, no te pongas
nerviosa, impaciente o arrogante. Sólo tienes que saber en tu corazón,
que para mi lo más importante es estar contigo.
Y cuando mis viejas y cansadas piernas no me dejen moverme tan rápido
como antes, dame las manos de la misma manera en que yo te ofrecí las
mías la primera vez que empezaste a caminar.
Cuando esos días lleguen, no te sientas triste…sólo quédate a mi
lado y entiéndeme mientras llego al final de mi vida con amor. Te
aprecio y te doy las gracias por el regalo del tiempo y de la alegría
que hemos compartido juntas.
Con una gran sonrisa y el enorme amor que siempre he tenido para ti,
sólo quiero decir…

Te Amo Mi querida hija.”