Según la ONU, la liberalización del cannabis reduce la percepción de riesgo

El informe de la JIFE afirma que hay estudios que revelan que en lugares donde existen programas de cannabis medicinal se registró un aumento del consumo para uso recreativo.

Para la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), dependiente de la ONU, la mayor disponibilidad de cannabis, sumada a las políticas y las iniciativas legislativas de reglamentación de su uso, con fines médicos en algunos Estados y con fines no médicos en otros, “han reducido la percepción del riesgo asociado al consumo de cannabis”.

Especialistas consultados explican que el uso medicinal puede ser aprovechado por quienes buscan fomentar el uso recreativo de la marihuana, pero aclaran que una cosa no tiene que ver con la otra. Lo que se debería hacer -acuerdan- son campañas de comunicación que expliquen los diversos usos, sus beneficios y riesgos.


“En América del Sur, Argentina, Colombia, Paraguay y Perú pusieron en marcha iniciativas para regular la venta de cannabis con fines médicos. La disponibilidad de cannabis en la región continuó aumentando, impulsada por políticas e iniciativas legislativas destinadas a autorizar y regular el uso de cannabis con fines médicos y no médicos en varios Estados, lo que reduce la percepción de los riesgos asociados a su consumo. El cannabis siguió siendo la droga ilícita más ampliamente disponible y de consumo más generalizado en la región”.


 

La JIFE asegura que “el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de los Estados Unidos de América ha advertido de que la mayor facilidad de acceso al cannabis tras la aprobación de leyes estatales de cannabis medicinal podría sumar 1,1 millones de adultos a la cifra de consumidores de cannabis ilícito y 500.000 adultos a la cifra de personas con trastornos relacionados con el consumo de cannabis”.

Según el informe, en la región de América del Sur, la prevalencia de vida del consumo de cannabis va del 26,1% de Uruguay al 3,6% de Bolivia y Perú, pasando por el 19,7% de la Argentina.

¿Regular la venta de cannabis con fines médicos reduce la percepción de los riesgos asociados a su consumo?

“Se puede generar esta percepción, pero se puede contrarrestar con una buena campaña de comunicación y prevención”, asegura Carlos Damín, jefe de Toxicología del Hospital Fernández y presidente de FundarTox.

“El uso medicinal y el recreativo son dos cosas muy distintas. Es como la morfina; su uso es una bendición para bajar las dolencias de mucha gente, pero hay muchas otras que lo usan mal. El cannabis en aceite, jarabe o gotas es muy bueno para determinadas patologías, está comprobado científicamente que es efectivo, mientras que fumar marihuana no tiene ningún beneficio”, sigue Damín.


 

Mónica Napoli, del departamento de toxicología del hospital Santojanni, sostiene que la importancia está en el mensaje. “Debe haber una campaña clara que hable de los distintos consumos. Por ejemplo, es peligroso decir ‘la droga mata’, porque si un chico consume y no se muere, va a pensar que a él entonces no lo mata y va a seguir. Hay que ser claros y explicar bien las cosas”.

Ana Girardelli, titular de la cátedra de Toxicología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de La Plata, está de acuerdo con lo que dice el informe: “Hay quienes aprovechan el uso medicinal para confundir y hacer que aumente el consumo recreacional”.


 

“El cannabis tiene propiedades medicinales, como el opio, pero de ninguna manera se deben confundir los usos. Es muy errado pensar que si el cannabis es bueno como medicamento para ciertas patologías entonces fumo un cigarrillo de marihuana y me curo el cáncer. Eso es peligroso”, asegura María Verónica Brasesco, directora nacional del Observatorio Argentino de Drogas de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (SEDRONAR).

Cannabis medicinal en Argentina

En la Argentina, en abril de 2017 entró en vigor la Ley 27.350, que autorizaba el uso de aceite de cannabis y sus derivados con fines médicos y por la que se establecía un marco regulatorio para la prescripción y distribución de esos productos a los pacientes. La Ley estableció un marco regulatorio para la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y paliativo del dolor de la planta de cannabis y sus derivados, con miras a garantizar y promover el cuidado integral de la salud.