Las últimas horas del año entre leyes nuevas, reformas, inflación, el precio del dólar, los tarifazos de servicios, peajes, combustibles, altos intereses y los temibles precios de los alimentos, entre los despidos que se anuncian o presumen ocurrirán en muchos Estados, municipales, provinciales y en el País, hacen presuponer un 2018 muy duro. Va un testimonio comparador de lo que llevamos en el tema durante el presente siglo.
El tema de precios y aumentos, algo que en nuestro país se ha tornado común, tiene una constante: ir en suba permanentemente.
Tomemos una publicación de EL DEBATE del viernes 30 de noviembre de 2001, pasaron poco más de 15 años, que para el tango “no son nada”. Pero en el tema costos, vaya si lo son, si de Argentina hablamos.
Los archivos son muy difíciles de “resistir” por muchos, por los precios de los alimentos en nuestra tierra, también. Fíjese.
Entonces, se llamaba NORTE el hipermercado de nuestra ciudad y, en las páginas del medio decano de Zárate y del Norte Bonaerense, publicábamos que un kilo de milanesas de bola de lomo, valía $1,99, el kilo de papa blanca $0,19 y un televisor color de 29 pulgadas, nada más que $359.
El tiempo que una niña se convierte en mujercita, alcanza para que las milanesas de menos de dos pesos pasen a casi doscientos, aumentando casi CIEN VECES MÁS, lo mismo para las papas que se incrementaron unas 90 VECES.
Ni hablar de un televisor de “última generación por ese tiempo y una heladerita, o los productos textiles que también figuraban casi en vísperas de un fin de año durísimo, le faltaban menos de 30 días a que De la Rúa se tomase el helicóptero y cayera su gobierno.
Hoy el fin de año se presenta con un dólar que en la semana que termina, creció y sigue subiendo, lo que hará subir como siempre los precios de alimentos.
Y en este diciembre sumamos reformas, leyes nuevas, ajustes, recortes, replanificación de puestos de trabajo y, las temibles -pero necesarias- acciones de sinceramiento de las tarifas de servicios públicos y bienes.
Todo esto de cara a un nuevo año en el que todos ponemos ilusión.
Los trabajadores en la estabilidad laboral y la mejora de las retribuciones por la tarea que desempeñan, los comercios y Pymes, en que la asfixia impositiva y laboral, pueda darles un alivio para seguir empujando la rueda de la economía. Mientras tanto, también las grandes empresas quieren conseguir beneficios que las hagan más rentables.
En el medio está el costo de la comida, un bien que debería ser muy accesible en el “granero del mundo”.
Ojalá lo logremos en el nuevo año con todas estas reformas que plantea el Gobierno y que muchos ponen seriamente en duda. Y que en un país producto de alimentos para millones, todos podamos ver precios más racionales. ¡Feliz 2018…!!!
