Defensores tuvo un primer tiempo para el olvido, donde se descuidó defensivamente y Batallini lo ejecutó por duplicado. En el complemento, Ritacco descontó pero el empate no llegó. Mereció más, pero no pudo. El público reconoció el campañon…
Tristeza, desazón, una angustia inigualable de la misma o mayor dimensión a la ilusión que había en la previa. Tanto los rostros que bajaban desde la tribunas como el de los propios jugadores, marcó a las claras el gran dolor que se vivió esta tarde en Villa Fox. Es difícil escribir lo que reflejaban las caras de los simpatizantes que acompañaron, llenaron, alentaron y terminaron reconociendo el esfuerzo y la gran campaña del elenco de Puebla. Pero esa vez no alcanzó. Esa enorme racha de más de un año sin derrotas y con 25 partidos invictos se cortó en el juego menos deseado para el “celeste”. Justo, en el partido más importante.
Ahí, donde Defensores se jugaba el ascenso y su regreso a la B Metropolitana. Lamentablemente, la ansiedad jugó su propio partido y eso fue perjudicial para el propio CADU, que tuvo un primer tiempo para el olvido, donde se descuidó defensivamente, como quizás no lo había hecho antes y donde San Miguel tuvo la eficacia que no tuvo Defensores en la cancha de Arsenal, donde le perdonó la vida. Ahí, el “Trueno Verde” no falló. O mejor dicho Batallini no erró, porque en las dos claras que tuvo las mandó adentro. La primera en una pelota parada a los 8 minutos, que es anticipada de cabeza en el primer palo, descolocando a todos y donde el delantero visitante definió con una chilena.
Y luego a los 21 para quedar sólo ante Figueroa y definir con solidez. Sí, en menos de media hora, CADU había desmoronado toda la esperanza del ascenso y se encontraba 0-2. Como nunca antes le había ocurrido en esta temporada como local. Y quizás peor, porque la presión por darlo vuelta era mucho más grande. Y eso se notó, porque el elenco zarateño no sólo sufrió el cachetazo anímico, sino que futbolísticamente estuvo impreciso y lo poco que generó en los primeros 45 fue más por empuje que por juego colectivo, sólo tuvo dos llegadas claras antes de la apertura del marcador que no pudieron centrar correctamente.
Lógicamente el complemento fue otro en todo sentido. Desde la actitud para salir a buscar el descuento, sino también desde el trámite del cotejo. San Miguel se replegó todo atrás, apostando quizás por una contra, pero CADU ni siquiera lo dejó porque lo acorraló en todo momento y manejó el balón. El problema era entrar al área de San Miguel con tanta gente defendiendo y con un Vantomme siempre seguro bajo los tres palos y para descolgar la infinidad de centros que mandaba CADU a su área. En la única que se equivocó el “1” (que quedó adelantado), CADU encontró la llave del descuento, aunque fue más mérito de Ritacco que metió un preciso remate por encima del arquero a los 15 minutos, desatando la esperanza en Villa Fox con el 1-2. C
Con media hora por jugar, la remontada parecía posible, pero San Miguel no falló, devolvió todo lo que CADU intentó y a medida que los minutos pasaban la desesperación se hacía más grande. De todas maneras, Defensores tuvo una muy clara en el área chica, donde Vantomme se enredo entre tantos jugadores, pero nadie la pudo empujar. Así, la esperanza se fue transformando en dolor y el ascenso se fue, cuando en este mediodía CADU parecía tenerlo en la mano.