Ubican la fuente de las misteriosas emisiones que están destruyendo la capa de ozono

Así era el agujero de la capa de ozono sobre el Antártica en el año 2000. 

En los últimos meses, científicos de todo el mundo habían estado extremadamente intrigados por un misterioso incremento en las emisiones de gases contaminantes que dañaron de forma drástica la capa de ozono que protege a la Tierra.

Ahora, los responsables han sido descubiertos: aislantes de espuma de poliuretano para uso doméstico producidos en China a precio reducido.

La Agencia de Investigación Ambiental (EIA) basada en Reino Unido, encontró que un compuesto químico que se usa en la producción de esos aislantes -y fue prohibido en 2010- se está usando extensamente en China: los CFC-11 o clorofluorocarbonos-11.

Hace dos meses, los investigadores publicaron un estudio que mostraba que la esperada disminución en el uso de CFC-11, después de que fue totalmente prohibido hace ocho años, se había lentificado drásticamente.


 

Había temores entre los expertos de que el compuesto químico se estaba utilizando secretamente para enriquecer uranio para armas nucleares. Ahora se sabe que la fuente está vinculada al aislamiento de los hogares.


“Agente expansor”

Los CFC-11 son un “agente expansor” sumamente eficiente para la espuma de poliuretano porque lo ayuda a expandirse convirtiéndolo en el aislante térmico rígido que se utiliza en las casas para reducir el gasto de electricidad y disminuir las emisiones de carbono.

Los investigadores de la EIA contactaron a las fábricas de espuma de poliuretano en 10 provincias distintas en China.

Después de mantener conversaciones detalladas con los ejecutivos de 18 empresas, los investigadores concluyeron que el compuesto químico estaba siendo utilizado en la mayoría de los aislantes de poliuretano que las compañías producen.


 

La razón es simple: los CFC-11 son de mejor calidad y mucho más baratos que las alternativas que sí pueden utilizarse.


 

La EIA calcula que la cantidad de gas que se usa en China está en el medio de la escala de emisiones calculada por los científicos en su informe en mayo.

Sin embargo, aunque los resultados de la EIA parecen plausibles, los expertos dicen que es difícil afirmar que son definitivos.

¿Qué puede hacerse?

Debido a que China es firmante del Protocolo de Montreal, que gobierna el uso de sustancias dañinas para el ozono, podría ser posible establecer sanciones comerciales en su contra.

Pero ya que el protocolo se firmó en 1987, esta arma de último recurso nunca ha sido utilizada y no se espera que se use en este caso.

Lo más probable es que se aliente a China a disminuir la producción de CFC-11 y a lanzar una investigación con el apoyo del secretariado del Protocolo de Montreal.

Fuente: BBC Mundo