El hombre, que visitaba la localidad balnearia, chocó contra un poste y tenía 5,5 gramos de alcohol por litro de sangre.

Un argentino rompió el récord mundial de alcoholemia en la localidad bonaerense de Necochea, tras ser sometido al test luego de colisionar contra un poste. Tras analizar las pruebas extraídas, los inspectores se percataron de que tenía 5,5 gramos de alcohol por litro de sangre.

A bordo de un Nissan modelo Tiida, el conductor, oriundo de Pilar, colisionó contra una columna de alumbrado, ubicada sobre la avenida 59 y la calle 38 de Necochea, en horas de la noche. Los inspectores de tránsito lo hallaron colgando de la puerta del vehículo, que se encontraba completamente destruido, mientras que los restos de la trompa habían volado varios metros.

“Cuando vimos el 5,5 que arrojó el test de alcoholemia realizado por los inspectores de tránsito. Quedamos atónitos, no lo podíamos creer. Tenemos que agradecer que no haya habido un accidente peor porque las leyes son muy laxas con respecto a este tipo de faltas. De milagro no tuvimos una tragedia peor”, señaló César Ciancaglini, de Defensa Civil de la ciudad.

En diálogo con el canal TN, Ciancaglini confirmó que el auto “fue acarreado hasta el depósito municipal” y que el hombre del récord de alcoholemia “sufrió golpes leves y quedó internado en el Hospital local”.

Los especialistas aún no pueden descifrar cómo el hombre logró subirse al auto, encenderlo y conducir varios metros sin quedarse dormido o desmayarse con tanto alcohol en su cuerpo.

Es que según afirman los expertos, una persona que tiene 3 gramos de alcohol en sangre se encuentra al borde del coma etílico, por lo que es sumamente complicado que cuente con los reflejos necesarios para manejar un auto.

A nivel nacional, el récord de alcoholemia se había registrado en Santa Cruz, hace dos años. En esa oportunidad, el alcoholímetro de un conductor alcanzó los 3,23 gramos.

A nivel mundial, en cambio, la vara estaba más alta. Un español había batido el récord internacional, en 2016, mientras circulaba por la localidad francesa de Libourne, en la autopista A-89. La prueba había arrojado que el hombre tenía 4,75 gramos de alcohol por litro de sangre.