Se trata de una iniciativa nacional de Base Tecnológica, fruto de una articulación entre el CONICET, la UNAJ y el Hospital El Cruce. Buscará coordinar las capacidades ya existentes de la industria, brindará capacitaciones y asesoramiento y, además, contará con semillas propias y el registro de nuevos cultivares.
En el marco del Programa de Investigación y Desarrollo en Cannabis, lanzado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, este martes se presentó la empresa de base tecnológica Cannabis CONICET, que llevará el sello de los expertos del CONICET, la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) y el Hospital de Alta Complejidad El Cruce Dr. Néstor Carlos Kirchner.
El lanzamiento fue realizado en el Auditorio de la UNAJ, en el partido bonaerense de Florencio Varela, con la presencia del titular del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT), Daniel Filmus; la presidenta del CONICET, Ana Franchi; el rector de la UNAJ, Arnaldo Medina; el director ejecutivo del Hospital El Cruce, Ariel Saez de Guinoa; y la investigadora del CONICET Silvia Kochen, quien será, junto a los investigadores Gregorio Bigatti y Esteban Colman, los coordinadores científicos de la empresa.
La flamante institución, según anunció el CONICET en un comunicado de prensa, abrirá sus puertas al mercado local para impulsar la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial en la región, generando estándares de calidad e innovación en todas las etapas: cultivo, producción y uso clínico e industrial. Así, apunta a fortalecer el valor económico y social del sector a través de su articulación con el sistema nacional de ciencia y tecnología.
La certificación de su calidad será uno de los valores destacados del proyecto, ya que se brindarán capacitaciones, asistencias técnicas, capacidades de innovación y desarrollo propias y en colaboración, transferencia de tecnologías desarrolladas en el CONICET, servicios tecnológicos de alto nivel y productos relacionados con los estándares de calidad necesarios para su uso terapéutico e industrial.
La empresa hará pie en todo el país a través de la articulación de las capacidades existentes de la industria y el CONICET, lo que contribuirá al desarrollo de nuevas herramientas productivas y científicas relacionadas al cannabis a lo largo y ancho del territorio nacional. Además, se proveerán mecanismos especiales más ágiles para fomentar la vinculación entre la industria y la sociedad.
Una de las apuestas centrales es la capacitación de recursos humanos especializados. En ese marco, actualmente ya se dicta la Diplomatura de Cannabis y sus usos medicinales y se realizan talleres organizados por demanda de sectores específicos del ámbito académico, industrial, organizaciones comunitarias, organismos públicos y las diversas jurisdicciones.
En diálogo con la Agencia CTyS-UNLaM, Franchi destacó todas las perspectivas que se abren con la nueva empresa: “Tenemos muchas expectativas con esta iniciativa. Hablamos de un proyecto, surgido del Estado, que aborda el cannabis, un término que hasta hace no muchos años era casi una mala palabra. Con esta empresa buscamos garantizar la calidad de los productos, poder continuar con las líneas de investigación para indagar en otros usos y, además, poder contar con semillas propias, lo que daría un enorme plus desde el punto de vista de la soberanía nacional. Si le sumamos la gente que se forma a través de la Diplomatura, nos damos cuenta que se nos abre un panorama enorme, a lo que hay que agregarle todas las posibilidades en cuanto a la industria del cáñamo”.
“Con esta empresa buscamos poder contar con semillas propias, lo que daría un enorme plus desde el punto de vista de la soberanía nacional”.
Ana Franchi, presidenta del CONICET.
Por su parte, Kochen, quien es directora de la Unidad Ejecutora de Estudios en Neurociencia y Sistemas Complejos (ENyS, CONICET-HEC-UNAJ), destacó el carácter heterogéneo de la nueva empresa, tanto en su origen como en sus objetivos. “Esta iniciativa nace como parte de una demanda de la comunidad. Yo, además de ser investigadora, soy neuróloga y trato pacientes con epilepsia. Y fueron las mamás de estos pacientes quienes me empezaron a contar más de los usos del cannabis, porque se enteraban que se podía usar como posible tratamiento. Y fue en ese contexto, de diálogo, de investigación y de muchos saberes de parte de la misma comunidad, que nos dimos cuenta, como comunidad, que no era incompatible crear una empresa que genere conocimientos para que deriven en un producto”, ponderó la científica.
En esa línea, también remarcó la importancia de la Diplomatura, para ofrecer más información a la comunidad, y adelantó que la nueva empresa “brindará asesoramiento para realizar ensayos clínicos en patologías donde el cannabis, según otros estudios en el mundo, podrían ser efectivos como tratamiento”.
La (empresa) base está
La flamante empresa ofrecerá estudios observacionales de su uso terapéutico, para contar con la evidencia sobre la eficacia, efectos adversos, dosis y otros aspectos que involucran el uso del cannabis en salud.
Además, llevará adelante controles de calidad estandarizados en productos obtenidos mediante metodologías validadas para la determinación de principios activos -cannabinoides y terpenos- y residuos de posibles contaminantes -pesticidas, metales, solventes y adulterantes-.
Asimismo, la institución cuenta con cultivares de cannabis medicinal desarrollados en el CONICET y en proceso de registro ante INASE para su utilización en proyectos productivos y de investigación.
Agencia CTyS- UNLaM