Una de cada cuatro personas todavía fuma en la Argentina y advierten por los adolescentes

Pese a las leyes y las distintas medidas para desalentar el consumo de tabaco en Argentina y el mundo, el 25% de la población adulta de nuestro país fuma, lo que representa una de las prevalencias de consumo más altas de la región. Y el cigarrillo aún causa unas 40.000 muertes al año a nivel local, lo que equivale más de 100 fallecimientos por día.

“Desde hace varios años contamos con leyes municipales, provinciales y una nacional que protegen del humo de tabaco de segunda mano, esta cobertura es dispar en nuestro territorio y su cumplimiento es discutible”, sostuvo Rosa Estevan, coordinadora de la Sección Tabaquismo y Epidemiología de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.

Es que fumar no sólo es perjudicial para la propia salud, sino también la de los demás. Es sabido que inhalar el humo del tabaco ajeno y estar en contacto con las sustancias tóxicas que se desprenden del cigarrillo y quedan impregnadas en superficies y ambientes puede resultar dañino, pero poco se conoce sobre las consecuencias reales a las que está expuesto el llamado “fumador pasivo”.


 

Está comprobado que las sustancias tóxicas incluyen metales pesados, gases e incluso materiales radioactivos que pueden permanecer hasta dos semanas después de que se ha ventilado la habitación donde se estuvo fumando.


 

El proceso de afección del cuerpo por tabaquismo es lento y silencioso. En muchos casos, una vez que aparecen los síntomas el estado es irreversible: obstrucción de las arterias que aumenta el depósito de colesterol y los niveles de triglicéridos en sangre, reducción de la capacidad de oxigenación de la sangre, formación de coágulos, aumento de la presión arterial y el pulso sanguíneo.

En tanto, en el mundo la tendencia a considerar el tabaquismo como una enfermedad empujó a las tabacaleras a diseñar nuevas formas de consumo de tabaco. En ese sentido, fue que ha surgido así el cigarrillo electrónico y recientemente el iQOS de amplia difusión en Europa.

ABANDONAR EL HÁBITO

Los beneficios comienzan a 20 minutos del último cigarrillo, momento en que se normaliza la frecuencia cardíaca y tensión arterial. A las 24 horas mejora la oxigenación y a las 48 comienza a recuperarse el gusto y el olfato. Algunos consejos:

• Fijar un día de cesación
• Comunicar la decisión a familiares y amigos
• Tener un registro de la cantidad de cigarrillos que se fuman diariamente
• Tirar ceniceros, encendedores y cualquier objeto relacionado con el consumo de tabaco
• Beber grandes cantidades de agua
• Evitar el alcohol y las bebidas que acostumbra a acompañar con el tabaco
• Cambiar la rutina después de comer, por ejemplo, lavarse los dientes y salir a dar un breve paseo inmediatamente, etc.