Argentina es el país con la mayor tasa de obesidad en niños menores de 5 años y adultos varones. No se vislumbran acciones públicas eficaces que busquen revertir esta situación. La obesidad, concretamente, es una enfermedad crónica que requiere un tratamiento integral con dieta saludable, actividades antisedentarismo, control de emociones, uso de fármacos, balón gástrico y, en casos extremos, cirugía bariátrica.
La obesidad afecta a cualquier individuo sin respetar edad, sexo, raza o nivel socioeconómico. Según la OMS, obesidad y sobrepeso se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud, tanto individual como comunitaria.
Esta enfermedad es un factor de riesgo de padecer otras enfermedades crónicas, tales como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, mayor incidencia de infartos agudos de miocardio, ACV, lesiones articulares y apnea del sueño, existiendo la posibilidad de desarrollar varios tipos de cáncer. Asimismo, se afecta la psiquis del individuo que padece obesidad al disminuir la autoestima y ver afectadas sus relaciones sociales.
Recientemente se realizó en Tucumán un ensayo clínico doble utilizando mazindol (fármaco anorexígeno) como coadyuvante para el descenso de peso.
El estudio se efectuó con personal de la policía provincial, a quienes se estudió durante 3 meses con un plan de alimentación hipocalórico, actividad física y farmacoterapia. Luego de ese período, los resultados mostraron que el grupo al que se administró el mazindol tuvo una reducción de su peso corporal inicial del 8% y también su masa grasa con resultados superiores con respecto del grupo que no lo recibió.
Este resultado es relevante ya que una reducción del peso inicial de entre 5 a 10% reporta beneficios para la salud del individuo, mejorando su calidad y expectativa de vida al disminuir los factores de riesgo.
Asesor: Francisco D’Onofrio (Médico especialista en Nutrición, creador y supervisor del Programa de Obesidad del Ministerio de Salud de Tucumán)