Con este proyecto, nacido en la Universidad Nacional de La Plata, buscan concientizar para lograr mitigar y transformar el impacto ambiental y social de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos para “cambiar realidades”. 

Foto: Eva Cabrera

La planta de reciclado tecnológico EKOA, de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), se construyó sobre los pilares de un programa de reciclaje y se propone concientizar con el objetivo de mitigar y transformar el impacto ambiental y social de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) para cambiar realidades, afirmaron desde la organización.

La problemática de los residuos electrónicos genera un inmenso daño en el medio ambiente y con el objetivo de darle solución a este problema fue creada EKOA (en un primer momento denominado E-Basura), con la misión de trabajar en la inclusión digital, la equidad social, la educación y la protección ambiental.

Es un proyecto nacido bajo el ala de la Facultad de Informática que hoy depende de la UNLP bajo el concepto de economía circular haciendo que los productos, materiales y recursos permanezcan en la economía el mayor tiempo posible.

Este programa de inclusión digital, denominado EKOA, es una marca derivada de la palabra de origen guaraní “tekoha”, cuyo significado es “el lugar es donde somos lo que somos”.

“Empezamos siendo dos docentes y dos alumnos en 2009 y hoy somos un programa de la universidad con marca propia y comprometidos con esta actividad. Nuestro trabajo es relevante para tomar conciencia de que al desechar incorrectamente equipos o partes de aparatos eléctricos y electrónicos y juntarlos con basura, se produce contaminación”, contó a Télam Viviana Ambrosi, directora de Ekoa, durante una recorrida por el lugar.

En la planta ubicada en el barrio de Tolosa, en La Plata, trabajan 18 personas y una de ellas contó que “el proceso de mayor precisión es el del armado de los equipos; ahí no puede haber errores”.

“Se reciben equipos informáticos de empresas, instituciones o particulares, y se valorizan para que puedan ingresar como materia prima a cooperativas o industrias. Luego se donan, vuelven a la sociedad a instituciones de bien público sin fines de lucro y a la comunidad universitaria”, contó Ambrosi.

Además, expresó que “se apunta a la formación y educación ambiental, y con esa premisa se generan pasantías académicas para estudiantes secundarios, prácticas preprofesionales para los de escuelas técnicas y de la universidad; se otorgan becas de formación profesional a estudiantes capacitados por docentes de la UNLP y existe una escuela taller con cursos de armado y reparación de PCs”.

Con el objetivo de generar una Responsabilidad Social Empresarial, EKOA acompaña a las empresas alineadas con los pilares de desarrollo sostenible planteado por la ONU y los impactos que sus actividades generan en la sociedad y el ambiente.

La capacitación a cooperativas es unos de los pilares del programa 

“Esa responsabilidad tiene 3 pilares: el ambiental, el socio cultural que apuntar a mejorar la calidad de vida y reducir la brecha digital e incrementar la educación y concientización; y el económico, donde se cuidan los recursos renovables y no renovables, se favorece la reutilización y se crea un esquema de desarrollo sostenible”, indicó.

Dentro de esas capacitaciones se brindan cursos de armados de PC a estudiantes de la UNLP certificados por el Ministerio de Ambiente de la provincia de Buenos Aires, que constan de seis meses de clases y otros seis de experiencia laboral a través de becas.

Recientemente se culminaron cursos para auxiliares y técnicos para seis cooperativas bonaerenses que incluyeron a 12 personas y el lunes pasado, en el edificio del Rectorado de la UNLP y con la presencia de autoridades de la Organización de Estados Iberoamericanos, fueron entregados kits de herramientas a las primeras camadas que incluyen trabajadores de 12 cooperativas.

Entre los logros de la trayectoria de EKOA, su directora dijo que en 2021 se adquirió un contenedor marítimo para la Cooperativa Darío Santillán que fue financiado por ImpaCT.AR Ciencia y Tecnología (que promueve proyectos de investigación y desarrollo destinados a brindar apoyo a organismos públicos) y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación.

El material que se recibe 

Al respecto, explicó que es importante controlarlo “porque muchas veces se hacen mal los procesos. Se tiene que borrar la información de los discos, generar un borrado seguro y adaptar la entrega de los nuevos equipos a la problemática de cada cooperativa. Buscamos generar conciencia y mejorar”, describió.

Por otro lado, trabajadores de la planta resaltaron que en los aparatos electrónicos y eléctricos “hay muchas cosas que pueden ser refuncionalizadas, se puede recuperar materia prima en elementos que se descartan porque se piensa que son obsoletos, pero pueden servir para armar otros equipos”.

“En nuestra planta ponemos equipos nuevamente en condiciones y se entregan a instituciones, escuelas, merenderos y alumnos universitarios de bajos recursos”, afirmó Ambrosi.

También agregó que es importante “la concientización para no acumular chatarra electrónica. Todos los aparatos tienen metales pesados que contaminan y dañan el medio ambiente. Por eso, no se deben tirar a la calle o en la basura sino que deben ser reciclados”.

A lo largo de estos años, EKOA trabajó con escuelas rurales, colegios especiales, comedores populares y ONGs ayudando a cientos de comunidades, además de colaborar con la “Beca Tu PC para Estudiar” junto a “Bienestar Universitario” de la UNLP para ayudar a jóvenes de bajos recursos que no tienen el equipamiento para realizar sus estudios de manera virtual.

Hasta fines del 2022 se registraron 460.979 beneficiarios y 7.266 donaciones de componentes.

Aquellos que quieran donar equipos en desuso o buscar información sobre el reciclado electrónico pueden comunicarse a [email protected] o al whattsapp 0221-3063285.

POR OSVALDO FANJUL (Télam)