La honestidad es un valor muy ponderado por los argentinos y así lo confirmó un test realizado a más de 7000 personas, donde el 66% de los encuestados mostró mayor afinidad con la honestidad tanto en sus acciones individuales como en las pretensiones sociales.
A través de su Test Pilares, Horus Inteligencia Cognitiva publicó un estudio sobre qué piensan los argentinos sobre la honestidad. Usando técnicas de Programación Neurolingüística (PNL) para medir tendencias cualitativas referidas a creencias, valores, emociones, comportamientos y conductas relevantes que determinan la opinión de un público objetivo, se concluyó que el 89% de los encuestados considera que aquellas personas que se sacrificaron por una sociedad menos corrupta son dignas de admiración y ejemplo.
El test, que fue realizado a 7.594 participantes a nivel nacional, abarcando todos los rangos etarios, clases sociales, niveles educativos y ocupaciones, también logró recaudar opiniones respecto a lo que se espera de los representantes políticos y sociales. El 62% cree que es imposible que un líder deshonesto pueda alcanzar las expectativas y los objetivos de las personas a las que lidera, coincidentemente con otra afirmación donde un 70% expresa rechazo a que un funcionario pida compensación económica en vez de multar cuando corresponde.
“Resulta interesante destacar que cuando se indaga en los participantes sobre la importancia de la honestidad a nivel individual el 67% se posicionó más afín a contemplar la honestidad por sobre otras acciones que prioricen alcanzar el fin sin importar el medio para lograrlo. Mientras que, cuando se indagó sobre la mirada social, el 65% mostró inclinación para pensar una sociedad con actitudes y cualidades más honestas, incluso frente a situaciones más externas donde un 83% encuentra inaceptable que una empresa evada impuestos.” explicó Esteban Neme, socio de Horus.
En tanto, frente a escenarios donde se priorizan los intereses individuales, el 60% concluyó estar de acuerdo con que: “Criticar a una empresa que, a través de sus contactos, logró contratos con el estado, es hipócrita. Cualquiera que tuviera la oportunidad lo haría.” En este sentido, un 74% estima que la gente valora más sus propios intereses que la honestidad, por lo tanto se espera que para que actúen como corresponde es necesario que tengan miedo a las consecuencias de los actos deshonestos.
No obstante, la honestidad sigue preponderando sin importar los niveles económicos, sociales y culturales. El 71% rechazó la idea de que la honestidad solo se le puede exigir a aquellas personas que tienen sus necesidades básicas cubiertas, argumentando que no hay excusas para la falta de sinceridad.
Asimismo, el 63% se posicionó negativamente al creer que todas las personas tienen un precio y un 72% preferiría pasar hambre antes de hacer lo que no corresponde. “Sin duda, el Test Pilares, muestra que para los/as argentinos/as este valor se posiciona como algo no negociable, ya sea, a la hora de juzgar acciones individuales, pretensiones sociales, en elección y preferencia de representantes y en la toma de decisiones de actuar cotidiano pero, cuando existen intereses individuales en juego, este pilar social puede sufrir algún descenso en la escala de valores”, finalizan desde Horus.