Con una adecuada gestión, podría utilizar el 20% de su producción diaria de residuos para generar energía.
Cada día, Bogotá produce 7000 toneladas de residuos que, en su mayoría, van a parar al conocido relleno sanitario de Doña Juana, un territorio convertido en pasivo para el país pues la basura allí enterrada hace que esta tierra no se pueda utilizar para otros fines.
La razón es que en el país todavía no se incluyen adecuadamente dentro de la tarifa de utilización del relleno sanitario los costos económicos ambientales que tiene para el país dicho método de disposición de residuos, lo que contribuye a que la implementación de sistemas de reutilización de basura, por ejemplo, para generación de energía sean más costosos que dejarla bajo tierra.
Camilo Sánchez, gerente de Sostenibilidad de Cemex para Sudamérica, Centroamérica y el Caribe, explica que en México, por ejemplo los camiones recolectores de residuos en el Distrito Federal, realizan su acostumbrado recorrido diario por la ciudad y llevan la basura a una estación de propiedad de la cementera, en la que varias bandas, imanes y otras herramientas clasifican y separan el material para reciclaje, los residuos orgánicos y en un tercer grupo el plástico y las telas que se trituran para enviar al horno de Cemex donde se utiliza para generar la energía.
En otros países, la misma empresa utiliza también lo que se conocen como líquidos peligrosos: aceites usados o materiales impregnados, solventes y otro tipo de residuos líquidos que son clasificados mediante pruebas químicas y convertidos en combustibles para las plantas cementeras.
Fuente: Proyecto Geo