Se trata del resveratrol, un compuesto de venta libre que ya se utiliza con otros fines terapéuticos. Según las expertas, podría preservar la fertilidad de las pacientes oncológicas.

Investigadoras del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME-CONICET) estudian cómo el resveratrol, un compuesto químico natural que se encuentra en algunas plantas y que es de libre venta en farmacias, podría aliviar el daño causado en ovarios a partir de tratamientos antitumorales, en pacientes oncológicas.

Los primeros resultados, obtenidos a partir de estudios en ratones hembra, demuestran no solo mayor protección en los ovarios y en el útero, sino, también, que el resveratrol incluso, en algunos casos, podría tener un efecto sinérgico con el cóctel de fármacos que se suele utilizar para tratar tumores.

“Los experimentos que llevamos adelante tienen como objetivo proteger la fertilidad femenina frente al daño causado por la quimioterapia. Está comprobado que las mujeres, que cursan distintos tipos de cáncer, se someten a terapias antitumorales que pueden envejecer hasta 10 años al ovario”, explicó Yamila Herrero, becaria doctoral del CONICET y primera autora del trabajo, que salió publicado recientemente en la revista Chemico-Biological Interactions.

En particular, los estudios del equipo se enfocan en los efectos de la doxorrubicina, una de las drogas antitumorales más utilizadas como tratamiento y cuyo efecto, según señalan diversas investigaciones anteriores, causa un daño severo en el ovario. Esto se debe a que las terapias que buscan frenar el cáncer destruyen todo tipo de células, tanto las tumorales como las sanas.

A este escenario se le suma, además, que la ventana reproductiva de la mujer es más corta, y la diferencia en la capacidad fértil entre una mujer de 30 o 40 años es muy notoria.

“En los casos de pacientes oncológicas que quieran preservar su fertilidad, existen, actualmente, toda una serie de herramientas y estrategias. El problema es que no todas ellas garantizan lograr un embarazo a futuro y algunas son muy invasivas. Además, en algunos casos, implican una interferencia o alteración del tratamiento oncológico, dependiendo del tipo de tumor”, amplío Herrero, integrante del laboratorio de Estudios de la Fisiopatología del Ovario, en el IBYME.

Fernanda Parborell, directora de este laboratorio y también autora del trabajo, señala que una de las claves de la investigación, además de su relevancia científica y de que es la primera vez que se estudia las propiedades del compuesto con estos fines, es que podría impactar en pacientes que, actualmente, no cuentan con obras sociales, ya que es un compuesto de fácil acceso y administración.

“El avance de las terapias antitumorales implicó que, en los últimos años, creciera la tasa de supervivencia, lo que es enormemente positivo y es, además, el objetivo primario en pacientes oncológicas. A partir de la Ley de Reproducción Asistida, las obras sociales, las prepagas y todo tipo de cobertura médica incluyen estos tratamientos ya disponibles para intentar garantizar la fertilidad de la paciente, en el futuro. Lo positivo en este trabajo es que el resveratrol, al ser un compuesto de fácil acceso y de libre venta, nos permite llegar a toda la población, tenga cobertura médica o no”, resaltó la investigadora del CONICET.

Izquierda: la becaria doctoral Candela Velazquez, la investigadora Fernanda Parborell, la investigadora Dalhia Abramovich y la becaria doctoral Yamila Herrero.

Si bien estos resultados son promisorios y alentadores, se requieren más estudios para utilizarlo en la clínica. Los siguientes pasos, comparte la investigadora, corresponden ya al vínculo entre profesionales de la salud y paciente, sin la participación del científico. “Como es la parte clínica, son los médicos y médicas los que deben evaluar si se administra este compuesto natural a sus pacientes o no. Por eso es clave poder difundir los avances y los aspectos técnicos de estos ensayos”, subrayó Parborell, doctora en Ciencias Químicas.

Compuestos naturales junto a terapias antitumorales

El laboratorio dirigido por Parborell viene trabajando en salud reproductiva femenina desde hace varios años. El recorrido incluyó el estudio de distintas moléculas, en búsqueda de protectores para el ovario cuando se administra la quimioterapia, pero que, en su enorme mayoría, aún no habían sido aprobados por la ANMAT. Es en ese paso donde el resveratrol podría suponer un enorme avance, al ser de venta libre e incluso tomado por pacientes para otros usos, por su capacidad antioxidante.

“La dosis de resveratrol que proponemos en nuestro trabajo está muy por debajo de la dosis que puede llegar a considerarse tóxica, y, a su vez, está dentro de la dosis de venta libre”, explicó Herrero. Para las fases de experimentación, realizadas en ratones hembra, probaron los efectos del resveratrol tanto en la previa de la administración de las drogas antitumorales, como en simultáneo y también posteriormente.

“A partir de distintas técnicas llevadas a cabo en el laboratorio luego de la aplicación de esta droga, pudimos observar distintas mejoras en el útero y el ovario, ambos órganos claves para una reproducción femenina eficiente”, profundizó la becaria, quien llevó a cabo su trabajo a partir de una beca otorgada por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i).

“Estudiamos todo tipo de parámetros que se ven impactados con las drogas quimioterapéuticas, ya sea porque generan un ambiente mucho más oxidante, porque afecta la irrigación sanguínea de los ovarios o porque afecta negativamente las células del útero. También evaluamos la reserva ovárica, es decir, la cantidad de ovocitos que tiene el ovario previo a la terapia antitumoral, y si disminuye ese número o no luego de aplicar nuestra droga de interés”, concluyó Parborell, al señalar cómo es que pudieron confirmar los efectos positivos del resveratrol.

Nicolás Camargo Lescano (Agencia CTyS-UNLaM)