Multimedios EL DEBATE publica, con motivo al “Día Mundial del Medioambiente”, que se celebra este lunes 5 de junio, un interesante aporte que nos llega desde lingüistas expertos de Babbel, han creado un glosario lingüístico centrado en la nueva terminología relacionada con el cambio climático y sus devastadoras implicaciones, atento a que “Las Naciones Unidas designaron el 5 de junio como “Día Mundial del Medioambiente” para destacar que la protección y la salud del medioambiente es una cuestión importante, que afecta al bienestar y el desarrollo económico de los pueblos en todo el mundo”.

El agravamiento de una crisis tan profunda y radical como la climática exige constantemente la introducción de un vocabulario adecuado para describir mejor la nueva realidad que nos rodea. Los cambios ecológicos y sociales han dado lugar a la introducción de un gran número de neologismos y Babbel nos invita a reflexionar sobre la relación entre el cambio climático y el lenguaje.

EL DEBATE se suma a la celebración de este día brinda la oportunidad de ampliar los conocimientos para una conducta responsable de las personas, empresas y comunidades en la preservación y mejora del medioambiente, publicando este informe de los lingüistas expertos de Babbel, la plataforma premium de aprendizaje de idiomas, invitan a reflexionar sobre la relación entre el cambio climático y el lenguaje.

Por este motivo y con el objetivo de ayudar a comprender el debate sobre la crisis ecológica y evitar malentendidos en contextos internacionales, los expertos lingüistas de Babbel, la plataforma premium de aprendizaje de idiomas, y Pinterest – buscador visual de inspiración – han creado un glosario lingüístico centrado en la nueva terminología relacionada con el cambio climático y sus devastadoras implicaciones.

“El futuro del planeta es -o debería ser- un tema que siempre está en el centro del debate público”, afirma Sara Garizzo, Directora de Estratégia de Contenido de Babbel. “La difusión de neologismos relacionados con los campos semánticos de la ecología y la justicia social atestigua también que las preocupaciones relacionadas con el medio ambiente están cada vez más extendidas. Piénsese, por ejemplo, en la popularidad del término ‘ecoansia’, acuñado en la última década, que describe el temor que el pensamiento sobre el futuro despierta en cada vez más personas”.

Dada la naturaleza crítica de la situación, el interés por las cuestiones sociales y medioambientales está creciendo, especialmente entre las generaciones más jóvenes – Generación Z y Millennials -. Los datos de Pinterest, por ejemplo, ponen de relieve el deseo de la gente de descubrir cómo crear un futuro mejor para las generaciones venideras, un futuro sostenible e interconectado con la naturaleza y todas las comunidades. Las búsquedas de términos como “hogar autosuficiente”, “energía sin conexión a la red”, “ecopunk” y “vivienda colectiva” están, de hecho, aumentando en la plataforma: un 340%, un 100%, un 130% y un 65%, respectivamente.

Clima y sociedad: los términos que hay que conocer

El agravamiento de una crisis tan profunda y radical como la climática exige constantemente la introducción de un vocabulario adecuado para describir mejor la nueva realidad que nos rodea. Los cambios ecológicos y sociales han dado lugar a la introducción de un gran número de neologismos – términos que se han acuñado específicamente para abordar los cambios que se están produciendo -, como:

Solastalgia: combinación del sustantivo latino “solacium” – comodidad – y la antigua palabra griega “ἄλγος” – dolor – , este término inglés de origen reciente (fue acuñado en 2007 por el filósofo australiano Glenn Albrecht) está relacionado con el impacto negativo del cambio climático en la psique humana. La sensación de impotencia y la falta de control sobre las catástrofes medioambientales actuales y potenciales causan ansiedad y estrés, especialmente a quienes experimentan en primera persona los efectos del cambio climático a diario.

Marsificación: se trata de una palabra macedonia compuesta por “Marte” y “colonización” utilizada con dos significados diferentes: por un lado, indica el proyecto utópico de una colonización de Marte como nuevo hábitat potencial para la humanidad tras la destrucción de la Tierra; por otro, describe la transformación de nuestro planeta en un páramo árido e inhóspito, igual que el Planeta Rojo.

Kaitiakitanga: este término maorí, que no puede traducirse al español, subraya la responsabilidad de la humanidad hacia la Tierra y la consiguiente necesidad de contribuir a crear un futuro más sostenible. En la visión de este pueblo, las personas están unidos a los elementos naturales: cada ser humano, por tanto, debe ser al mismo tiempo guardián, custodio y protector del planeta (la raíz de la palabra, “kaitiaki”, significa precisamente eso).

Flygukam y Treintrots: el transporte aéreo es uno de los principales responsables de las emisiones de CO2; esta observación llevó a acuñar el sustantivo sueco “flygukam”, que en español puede traducirse como “vergüenza de volar en avión”. La creciente atención a las cuestiones medioambientales hace que la gente prefiera viajar en tren siempre que sea posible: esto ha contribuido a la aparición de términos como el neerlandés “treintrots” – “orgullo de tren” – y el sueco “tågskryt” – “presumir de viajar en tren” -.

Greta effekt: el “efecto Greta” en alemán, se refiere a los cambios en los hábitos de compra, intención de voto y pautas de viaje adoptados por los partidarios de las reivindicaciones planteadas por Greta Thunberg, el rostro por excelencia de la lucha contra el cambio climático.

El ABC del cambio climático

El calentamiento global y el cambio climático no son una novedad, aunque en los últimos años sus efectos se han hecho cada vez más visibles, en todo el mundo como en Argentina, donde los incendios forestales y sequías prolongadas son cada vez más frecuentes. En la búsqueda de minimizar esta problemática, en diciembre de 2019, se publicó la Ley de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático Global y se creó el Gabinete Nacional de Cambio Climático (GNCC) para garantizar acciones, instrumentos y estrategias adecuadas de mitigación y adaptación al cambio climático en todo el territorio nacional.

Según el último informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), la tasa de aumento de la temperatura es la más alta jamás registrada, al igual que la intensidad y frecuencia de las catástrofes naturales y medioambientales en el mundo. A pesar de las numerosas señales de alarma, las medidas aplicadas para contrarrestar estas tendencias siguen siendo insuficientes y la situación continúa empeorando, hasta el punto de que expresiones como “emergencia” y “catástrofe climática” han pasado a formar parte del lenguaje cotidiano junto con otras como las que se detallan a continuación:

Solarpunk: nacido en Internet en 2008 y popularizado en la última década, este neologismo representa el emblema de una filosofía de vida bien resumida por sus dos términos constituyentes: “solar” evoca la importancia de las energías renovables, mientras que “punk” la necesidad de recurrir a una lucha pacífica contra el sistema capitalista causante de la emergencia climática y la desigualdad socioeconómica.

Adaptación/mitigación del cambio climático: la primera expresión, “adaptación al cambio climático” se refiere a todos aquellos procesos de adaptación a los efectos actuales y previstos en el futuro del cambio climático (un ejemplo de este mecanismo es la construcción de estructuras para defenderse de la subida de los mares); el segundo término, en cambio, define la “mitigación del cambio climático”, es decir, todas las acciones puestas en marcha para contrarrestar el fenómeno, abordando activamente los problemas críticos que afectan al planeta para evitar que se conviertan en irreversibles.

Financiación climática: la “financiación climática” hace referencia a los fondos monetarios destinados a poner en marcha proyectos de mitigación y adaptación (al tratarse de medidas muy costosas a nivel económico, suelen reservarse a los países más ricos del mundo).

Antropoceno: este neologismo, acuñado en 2000 por el químico holandés Paul J. Crutzen, está formado por el sustantivo “ἄνϑρωπος” – “hombre” en griego antiguo – y el sufijo – cene de καινός “nuevo, reciente” – e indica la época geológica actual (la “era del hombre”), caracterizada por la intervención del ser humano sobre el ecosistema terrestre. El término aún no forma parte del lenguaje científico oficial (en la jerga se denomina Holoceno), pero se utiliza a menudo para destacar la centralidad de la responsabilidad humana en relación con los cambios ecológicos de la era actual.

Reforestación y forestación: estas dos palabras, aparentemente sinónimas, expresan dos conceptos relacionados pero distintos: la primera describe el acto de devolver la tierra a su estado original, es decir, regenerar zonas deforestadas por el hombre; la “forestación”, por su parte, es la creación de nuevos bosques (“pulmones verdes”) donde no los había originalmente.

Punto de inflexión: en el debate sobre el clima, este término – “punto de inflexión” o “punto de no retorno”- denota un umbral crítico, más allá del cual se desencadenan cambios rápidos e irreversibles El riesgo de alcanzar estos umbrales está estrechamente ligado al aumento de las temperaturas: una vez superados los “puntos de inflexión”, el equilibrio de los ecosistemas se ve irremediablemente comprometido, desencadenando reacciones en cadena irreversibles y destructivas. Un ejemplo emblemático es el colapso de la capa de hielo de Groenlandia, que ha provocado la alteración de las corrientes oceánicas del Atlántico hasta tal punto que, a su vez, ha llevado a la destrucción de secciones enteras del arrecife del Caribe, a miles de kilómetros del círculo polar.

Cero neto (emisiones): este término se refiere al logro global de un equilibrio entre las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por el hombre y los esfuerzos para eliminar el carbono de la atmósfera y las emisiones antropogénicas de CO2. En el Acuerdo de París de 2015, el “cero neto” se fijó como objetivo a alcanzar en 2050.

‘Green Deal’: término “inspirado” en el New Deal introducido por el presidente estadounidense Teddy Roosevelt durante la década de 1930, el “Green Deal” consiste en un paquete de medidas, aprobado a nivel europeo en 2019, destinado a impulsar la transición ecológica con el ambicioso – pero prioritario – objetivo de lograr cero emisiones a mediados de siglo. La Unión Europea, Latinoamérica y Argentina, en particular, vienen desarrollando intercambios y cooperación involucrando al Estado y también al sector privado, como al ámbito académico y la sociedad civil en todo el país.

Justicia climática: El concepto de “justicia climática”, que se ha convertido en el grito de guerra de muchos movimientos y activistas, pone de relieve la correlación entre el cambio climático y sus implicaciones sociales y políticas, especialmente para los grupos de población menos favorecidos. Por ejemplo, el aumento de las temperaturas afecta en mayor medida a las poblaciones de África y Asia que no siempre disponen de los recursos y la riqueza necesarios para compensar la falta de recursos provocada por el cambio climático.

Economía azul: la “economía azul” es un modelo económico que promueve el desarrollo económico y la inclusión social a través de la innovación tecnológica y la reutilización de recursos antes desaprovechados. Se presta especial atención a la protección de los océanos y las zonas costeras.

Es una rama de la “economía verde” pero, a diferencia de ésta, además de reducir el impacto sobre el medio ambiente tiene como objetivo el “cero neto”.