¿DÓNDE ESTÁ OSVALDO?

Por Eduardo Rivas – Robert Greene escribió el libro de las 48 leyes del poder, en el que su ley 26 afirma que ‘es necesario que, en todo momento, usted aparezca como paradigma de la corrección y la eficiencia. Sus manos nunca se ensuciarán por ilícitos o descuidos. Mantenga esa apariencia impecable, utilizando a otros como testaferros o pantallas para ocultar, cuando sea necesario, su participación personal en hechos de esta índole’, o lo que es lo mismo, el bien por mano propia y el mal por mano ajena.

Se ve que el intendente Cáffaro no solo leyó este libro sino que, además lo pone en práctica a pie juntillas, puesto que es una constante su aparición en los comunicados gubernamentales para ejemplificar que las cosas se hacen por su decisión, su inspiración, su voluntad, etc., etc., etc. (https://principedelmanicomio.wordpress.com/2020/04/20/que-es-de-la-vida-de-supercaffaro/), pero no da la cara para hacerse cargo de los problemas que acucian a los vecinos.

Entre el 7 y el 9 de septiembre el crecimiento de los infectados de COVID-19 entre los trabajadores de la salud en Zárate fue de un 50%, pasando de 56 a 78 casos positivos, causado en su gran mayoría por el brote que se dio en el Hospital Intermedio Dr. René Favaloro (https://principedelmanicomio.wordpress.com/2020/09/09/algunas-precisiones-sobre-el-brote-de-covid-19-en-el-hospital-intermedio-municipal-dr-rene-favaloro/).

Sin embargo el intendente no aparece.

No dio la cara para explicar el contagio de sus funcionarios cercanos ni para exponer qué acciones se tomaron para evitar que esto se expanda.

No dio la cara para dar tranquilidad a la población respecto a la realidad que se está viviendo. Esconde la cabeza bajo la tierra, o tras los vidrios espejados, como el avestruz.

Durante mucho tiempo basaron la campaña de prevención del COVID-19 en el miedo, y ahora tienen miedo de explicar qué ocurre.

Decían y escribían en las redes que el aumento de casos tenía que ver con la irresponsabilidad de los ciudadanos y los irresponsables terminaron siendo los que creyéndose maestritos Siruela señalaban con el dedo.

La última campaña apelaba a la canción de Charly García ‘Cuando ya me empiece a quedar solo’ y parece ser que, poco a poco, quien comienza a quedarse solo es el propio intendente.

Primero fue Alejandro Cimiotta, cuyo positivo ocultaron por un par de días.

Luego fueron Rosana Núñez y Julián García, cuyos positivos ocultaron un par de horas.

Los casos de Sandra Graf, Marcelo Heiz y Gerardo Maurizo Güerci ni siquiera los anunciaron.

Intendente, tomando la letra de la canción que eligieron para la campaña, hay ‘un rumor de voces que le gritan’ que se haga cargo de los problemas de la ciudadanía. Salud, Seguridad, Agua potable, Cloacas, Asfalto y tantos otros. Los problemas se acumulan y para usted la prioridad cuando llegan de visita Ministros del Gobierno Nacional y Provincial es mostrarles un polideportivo…

No son tiempos de vestirse de gala para desfilar, es momento de calzarse el overol y meter las patas en el barro para resolver los problemas de los vecinos. Para eso lo eligieron. Para resolver problemas, no para ser un relacionista público. Y para poder resolver los problemas el primer paso es asumirlos.

Es preciso que dé la cara, o ¿No puede hacerlo por estar aislado? En tal caso también sería oportuno que dé la cara y lo explique.

El Intendente no puede jugar a las escondidas.

Por eso nos preguntamos, como en aquel libro infantil, ¿Dónde está Osvaldo?