En el marco del Día Mundial del ADN, desde EL DEBATE queremos compartirte un informe sobre la importancia de conocer la genética para implementar hábitos saludables. Según una investigación realizada por Genera, de las personas que se sometieron a las pruebas y adoptaron medidas preventivas, el 77% de ellas comenzó a adoptar nuevos hábitos en sus rutinas alimentarias. Así como también, el 71% cambió su rutina de ejercicio físico. La cardiología fue la consulta más recurrente luego de haber recibido los resultados genéticos.
El Día Mundial del ADN se celebra cada 25 de abril, en conmemoración al descubrimiento de la estructura de doble hélice del ácido desoxirribonucleico (ADN), uno de los hallazgos científicos más importantes del siglo XX. Este hito sentó las bases para entender cómo se transmite a través de generaciones el material genético y cuáles son los mecanismos por los que se originan las enfermedades hereditariaS.
La influencia de los hábitos en la genética. Muchas personas creen que todo lo que heredaron de sus padres es imposible de revertirlo. Sin embargo, la ciencia rompe esta creencia y nos invita a reflexionar sobre la capacidad de cambiar el funcionamiento de nuestro organismo.
Si bien es cierto que a medida que envejecemos, somos más propensos a ciertas enfermedades y condiciones genéticas. También es importante saber que siendo consciente de nuestro ADN podemos envejecer de forma saludable y tener buenos hábitos para disfrutar cada fase de la vida.
Por eso, es importante practicar actividades físicas, reducir el estrés, dormir bien, tener una alimentación rica en nutrientes, beber la cantidad necesaria de agua, protegerse del sol, no fumar, evitar las bebidas alcohólicas, cuidar la salud mental, estar en contacto con la naturaleza, hacer actividades que nos gusten, realizar los chequeos anuales y mantener otras rutinas saludables que previenen ciertas enfermedades relacionadas con la adultez.
Nuestros hábitos y estilo de vida pueden influir en nuestro ADN y en consecuencia en la actividad de nuestros genes. Los hábitos más saludables pueden hacer que haya un mejor funcionamiento de los genes y que ellos desempeñen su papel de forma eficiente. Por el contrario, los hábitos nocivos, como una mala alimentación y el uso de cigarrillos, pueden perjudicar sus funciones.
Por ejemplo, si una persona tiene una alta predisposición genética a sufrir cáncer de mama, las grasas saturadas actuarán como activador hormonal, aumentando el riesgo de desarrollar el tumor. Es por eso que una dieta baja en grasas ayudará a que no se desarrolle la enfermedad. Lo mismo ocurre si los resultados indican que tiene una predisposición a falta de vitamina B12, la mejor manera para ayudar al organismo será consumiendo, acelgas, espárragos, remolacha, lentejas que mantendrá la epigenética en equilibrio.
La capacidad para vivir en plenitud dependerá del compromiso que tendrá la persona para mejorar su biología a través de una planificación de alimentación, actividad física, hábitos para mejorar el sueño, no fumar y gestionar el estrés.
Conocer la genética para cambiar hábitos. Desde hace algunos años, las personas comenzaron a ponderar la salud y darle la importancia que se merece. A raíz de esta nueva tendencia por preservar y maximizar el bienestar, comienzan a valorarse los servicios de salud personalizados, tras demostrarse que no existen fórmulas universales que funcionen a todos por igual.
En este contexto, la medicina que avanza a pasos agigantados, ha puesto en práctica nuevos usos para los tests de ADN, aplicando este tipo de análisis a la medicina personalizada. Es así, que el uso de las pruebas genéticas actualmente nos permite entender mejor el funcionamiento de cada cuerpo para tener un estilo de vida más saludable, dando a conocer no solo el riesgo a sufrir determinadas enfermedades, sino también la reacción a medicamentos, las necesidades de la piel, facilitar la elección de una rutina de ejercicio y dieta específica, entre otras.
El 77% de las personas cambió su rutina de alimentación. Según una investigación realizada por Genera, de las personas que se sometieron a las pruebas y adoptaron medidas preventivas, el 77% de ellas comenzó a adoptar nuevos hábitos en sus rutinas alimentarias. Así como también, el 71% cambió su rutina de ejercicio físico.
Además, 69 personas se sometieron a exámenes adicionales después de los resultados de la prueba.