Por Daniel Armando Vogel – Hola buen día, buen domingo para todos. Mientras el mundo cristiano hoy se celebra el domingo de resurrección y la Pascua, en Argentina ocurrió durante la semana que pasó un hecho inédito después de 7 años consecutivos ahora vivimos sin cepo cambiario.
Este día que marca el cierre de la Semana Santa, es una buena oportunidad para hacer una reflexión espiritual que, en su contraste con los eventos económicos recientes en Argentina, nos invita a explorar expectativas y creencias desde diferentes perspectivas.
Esta semana, el país vivió un hecho inédito tras siete años consecutivos de restricciones: el desarme del cepo cambiario. Desde el lunes, las nuevas disposiciones del Banco Central permitieron mayor acceso al mercado oficial, eliminando límites para la compra de dólares, flexibilizando regulaciones para empresas y adoptando un régimen de flotación dentro de bandas. Aunque el dólar oficial mostró fluctuaciones moderadas durante los primeros días, el impacto inicial fue recibido con opiniones divididas: optimismo por un posible cambio positivo y pesimismo por los desafíos aún pendientes y las experiencias previas de acuerdos con el FMI.
Mientras navegamos las aguas inciertas de esta transición económica, la fe cristiana nos regala otro tipo de esperanza. El Jueves Santo nos recordó la humildad y el servicio en la Última Cena de Jesús, un acto de sacrificio y amor; el Viernes Santo nos llevó a reflexionar sobre su crucifixión, un gesto de redención inmenso; y hoy, Domingo de Resurrección, celebramos la victoria de Jesús sobre la muerte, reafirmando la promesa de salvación y vida eterna.
Estos contrastes entre lo terrenal y lo espiritual son una invitación a reflexionar sobre nuestras prioridades y la manera en que encaramos los desafíos cotidianos. Mientras la economía busca un rumbo hacia el crecimiento que beneficie a los trabajadores y jubilados que tanto necesitan dignidad, la fe nos llama a recordar valores esenciales como la humildad, el sacrificio y el amor.
Que este domingo nos inspire a buscar equilibrio entre nuestras aspiraciones materiales y espirituales, construyendo juntos un futuro más próspero y esperanzador.
Hoy es un momento propicio para alcanzar el equilibrio entre lo material y lo espiritual, y convivir con ambos aspectos de manera armónica dentro de la dura realidad.
Que tenga un feliz domingo.
AL QUE LE QUEPA EL SAYO…