Un nuevo estudio con ratones ha hallado que este neurotransmisor puede influir en la toma de decisiones.
La serotonina es una de las sustancias químicas más importantes que usan las neuronas y células nerviosas para comunicarse entre ellas, pero sus efectos sobre el comportamiento aún no están del todo claros para los neurocientíficos, que llevan décadas tratando de establecer una teoría integral que explique sus funciones. Sin embargo, no es fácil aislar la serotonina para entender qué papel juega en el aprendizaje.
Ahora, un equipo internacional de científicos de la Fundación Champalinaud, en Portugal, y del University College (Reino Unido), ha logrado avanzar en este conocimiento gracias a un nuevo modelo matemático. Los resultados se publican en Nature Communications.
Entre otras cosas, han descubierto que la serotonina (5-HT) es capaz de acelerar el aprendizaje en ratones, según revela el estudio. Los expertos responsables de la investigación observaron que al activar neuronas de serotonina de manera artificial mediante la aplicación de luz, los ratones usados en el laboratorio adaptaban su comportamiento a una nueva situación con más rapidez y eran más ágiles para asumir cambios que requerían flexibilidad.
Para Zach Mainen, uno de los autores del estudio, “estos roedores supieron dar más relevancia a la nueva información y, en consecuencia, pudieron cambiaron de opinión con más velocidad cuando se activaron esas neuronas”.
Gracias a estos nuevos hallazgos, los neurocientíficos podrán comprender mejor por qué los antidepresivos conocidos como SSRI (inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina) son más eficaces cuando se combinan con terapias conductivas, diseñadas para reforzar el aprendizaje a partir de estrategias de comportamiento, cuyo objetivo es reducir o eliminar los síntomas depresivos.
Para llevar a cabo su experimento, los autores del estudio introdujeron a los ratones en una cámara en la que debían activar un dispensador de agua situado a su derecha y a su izquierda que descargaba agua o no en función de ciertas probabilidades.
Madalena Fonseca, de la Fundación Champalimaud, observó que la cantidad de tiempo que esperaban los roedores entre los diversos intentos para encontrar agua era variable, pues a veces lo intentaban de forma inmediata, golpeando al instante el dispensador, y otras veces tardaban un poco más en activarlo.
Esta variabilidad hizo pensar a los investigadores en la posible existencia de un nuevo efecto de la serotonina sobre la toma de decisiones de los animales. En cuanto al papel de los SSRI en los tratamientos de desórdenes psiquiátricos, los autores sugieren que la serotonina aumenta la plasticidad del cerebro al influir en el ritmo del aprendizaje.
Fuente: Muy Interesante