MUCHAS SON LAS BOLAS… Y MUCHAS LAS ALEGRÍAS

claudio valerio_2017Por Claudio Valerio – Un hombre decidió guardar una bola de canica en un jarro para cada una de sus preocupaciones. Al final del año, él sabría cuántos problemas lo habían preocupado durante el período. En el último día del año, vio que el jarro estaba lleno, pero no conseguía recordar al menos una de las preocupaciones que lo motivaron a guardar las bolas de
canica…

¿Cuántas veces perdemos la paz por cosas insignificantes? ¿Cuántas noches perdemos el sueño por una dificultad que luego desapareció? ¿Cuántas veces nos quejamos de Dios por algo que, con el tiempo, luego vemos que resulta ser muy bueno para nosotros?

El llorar de un día puede ser el cántico de otro. El fracaso de un deseo puede ser un agradecimiento enseguida. La angustia de un final de semana, quien sabe, será el regocijo
de toda una vida.

Si queremos hacer como el hombre de la ilustración, que lo hagamos con un propósito diferente. Podemos guardar bolas de canica en un jarro, por cada lucha u obstáculo
enfrentado, solamente para saber al final del año, de cuantos problemas el Señor nos libró y cuántos motivos tenemos para agradecerle.

Que tengamos muchas bendiciones para dar gracias a Dios,ejemplificadas por una gran cantidad de bolas de canica guardadas.