Esta alga que se comercializa como alimento natural se hizo muy famosa durante la pandemia como aceleradora del metabolismo. Los nutricionistas advierten sobre su ingesta.

Es sabido que las recetas mágicas para bajar de peso se viralizan en redes sociales de forma veloz, y más si las promocionan influencers.

En esa lógica entró el llamado “musgo marino” o “musgo irlandés” cuyo nombre científico es Chrondrus crispus, una especie de alga comestible presente en la costa atlántica europea y norteamericana, en el hemisferio norte, así como en aguas cálidas de Asia, América del Sur y África.

La popularidad de esta singular alga estalló en plena pandemia luego de que la celebritie Kim Kardashian revelara que la agregaba a sus batidos para bajar de peso.

La influencer habló del musgo de Irlanda, un alga roja gelatinosa que puedes encontrar adherida a las rocas submarinas de las costas oceánicas. Par consumirla, recomendaba secarla y luego reducirla a polvo.

Su uso es habitual en repostería o en recetas saladas como cremas, ensaladas, sopas o caldos. Se utiliza para combatir la desnutrición y también para evitar infecciones, resfríos o gripes.

No obstante, lo que realmente ha hecho que el “musgo marino” se convierta en un alimento popular es que acelera el metabolismo y ayuda a perder peso casi “milagrosamente”, como algunos que lo comercializan afirman en sus anuncios.

No obstante, varios nutricionistas, como suele pasar en estos casos en lo que irrumpen “modas” para bajar de peso, han advertido que existen vacíos científicos a la hora de acreditar sus beneficios.

Lo cierto es que no hay datos ni ensayos clínicos o pruebas de que el musgo marino pueda prevenir o curar ninguna enfermedad, por lo que los nutricionistas recomiendan optar por otras opciones con estas propiedades, como la spirulina.

Además, no está probado que pueda llegar a causar efectos adversos en algunas personas, por lo que se recomienda una ingesta moderada.

(DIB) ACR